Hazrat Inayat : Guidance pt I (Spanish version)

Hazrat Inayat: Guía  Pt I

Con esta publicación empezamos un desafiante y sutil asunto sobre el trabajo de guía en el mundo y la idea del gobierno espiritual, tan fácil de malinterpretar. Estas enseñanzas pueden ser útiles para entender el trabajo del Mensaje Sufí en esta época. 

Veamos primero esta tendencia a guiar en un grado leve en los padres, quienes, sin importar cómo hayan sido sus propias vidas, siempre desean que sus hijos se beneficien de sus experiencias para que puedan vivir bien. Puede hallarse algunas raras personas, en este mundo de egoísmo, que advierten a sus amigos cuando extravían su camino. Encontramos un líder comunitario que sacrifica su vida y su beneficio por el de sus prójimos, uniéndose a ellos por el vínculo del amor y la armonía. El mismo atributo del autosacrificio en su más alto grado de evolución se aprecia entre los maestros de la humanidad, quienes actúan como funcionarios del gobierno infinito y son conocidos en el mundo como mensajeros, avatares o deidades. Entre ellos, pueden encontrarse santidades de distintos grados reconocidos por los Sufís como WaliGhausQutbNabi y Rasul. Estos difieren unos de otros según cuanto se extienda su alcance en el mundo de lo no visto, según qué tan vasto espacio ocupen en la consciencia universal, y también qué tan amplio sea el círculo de la humanidad que se cobija bajo su guía.  

Nabi es el guía de una comunidad, Rasul tiene un mensaje para toda la humanidad, cada uno con un determinado ciclo de tiempo para su mensaje. El místico ve entonces en los maestros de la humanidad, no solo los portadores del mensaje divino, sino que los ve como soberanos espirituales, controladores del universo durante el ciclo de cada uno. Hay un ciclo para cada aspecto de la vida de un individuo y de la vida del mundo. En la vida individual, el periodo que va desde el nacimiento hasta la muerte es la primera mitad, y desde la muerte hasta la asimilación con el infinito es la segunda mitad. El sub-ciclo en la vida humana va desde la infancia a la juventud, donde termina la primera mitad, y de la juventud a la vejez, donde termina.  

Hay además un ciclo menor [under-cycle] de la infancia, de la niñez, de la juventud, de la vejez, así como un ciclo de crecimiento y de decaimiento. Así mismo sucede con el ciclo de vida del mundo, y con el ciclo de la creación de la especie humana y de su destrucción, y el ciclo de los reinos, las razas y las naciones, y el ciclo de tiempo como un año, un mes, un día o una hora. La naturaleza de cada uno de estos ciclos muestra tres aspectos: el comienzo, el culmen y el final (llamados urujkamal y zaval), tal como la luna nueva, la luna llena y la luna menguante, o el amanecer, el cénit y el ocaso. Estos ciclos, sub-ciclos y ciclos menores, y los tres aspectos de su naturaleza, están divididos y diferenciados por la naturaleza y el curso de la luz. 

Y así como esta luz del sol, de la luna y los planetas cumple el rol más importante en la vida individual y colectiva del mundo, así mismo la luz del espíritu de guía también divide el tiempo en ciclos. Cada ciclo cae bajo la influencia de un maestro determinado, con tantos directores del mundo entero a su cargo, trabajando como un gobierno universal para dirigir principalmente los asuntos sobre la condición espiritual del mundo en su interior. Desde la creación del ser humano, han sido innumerables los maestros aparecidos en algún nombre y forma, pero en ellos se disfrazaba solo Él, que es el único Maestro de la Eternidad. 

Hubo un ciclo de meditación espiritual durante la minoría de edad en la vida del mundo (es decir, el período anterior a la edad adulta), y cuando ésta llegó a una edad adulta fue el periodo de la llegada de Mahoma. Pues todos lo que vinieron antes (Abraham, Moisés y Cristo) prometieron al mundo que alguien más llegaría, como el cuidador de un niño diría: “tengo que irme, pero otro tutor será nombrado”, pues el niño aún era un menor de edad. Mediante la sola declaración de la sentencia sagrada “la ilaha illa-llahu, no existe nada salvo Dios”, él confía al mundo el conocimiento de la unidad, que hasta ese momento había sido constante y gradualmente develado paso a paso. Mediante su declaración, ésto fue completamente develado. Esto es lo que significa el sello de la profecía, que luego de su culminación comienza la nueva era en que el gobierno espiritual así establecido hasta ahora puede funcionar sin una declaración abierta, y los maestros pueden aconsejar como consejeros, no como un tutor o un intermediario. 

Continuará… 

Traducido por Vadan Juan Camilo Betancur Gómez 

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