Hazrat Inayat : Iniciación pt XXI
Al aproximarnos a la conclusión de esta extensa serie sobre la iniciación, Hazrat Inayat Khan comienza a hablar ahora sobre la actitud necesaria del mureed, y sobre la incertidumbre que puede sentir sobre su propio progreso. La publicación anterior de esta seria puede ser encontrada aquí.
La actitud de un murid hacia la vida debe ser llena de esperanza; hacia sus motivaciones, valiente; hacia su murshid, de fe plena; hacia la causa, sincera; hacia el objetivo que tiene que cumplir, ferviente, sin la más mínima duda. En todo aspecto de la vida es nuestra actitud lo que cuenta y la que al final prueba ser generadora de todo tipo de fenómenos. Ambos, el éxito y el fracaso dependen de ella, como en el dicho hindú, “si la actitud es correcta, todo saldrá bien”.
Hay una tendencia natural en el buscador del camino espiritual a preguntarse si realmente está progresando. Y con mucha frecuencia comienza a preguntárselo desde el primer día que pone un pie en el camino. Es como preguntarse “¿Seré capaz de asimilarlo?” cuando aún estamos comiendo. El camino espiritual conduce al altruismo. Mientras más nos preocupamos por nosotros mismos, menos progresamos, porque toda nuestra lucha debería ser para olvidar el yo; principalmente es el yo el que obstruye el camino. El camino está hecho para el alma, y es natural y fácil para ella encontrarlo. Entonces, cuando alguien se está preguntando sobre su progreso, está perdiendo el tiempo; es como quedarse quieto en el camino en el que deberíamos ir hacia adelante.
¿Puede alguien reconocer como cambian su cara y su cuerpo día tras día? No, porque no podemos precisar diferentes signos de cambio de un día a otro; y si uno no puede distinguir claramente ningún cambio en el ser externo, entonces ¿Cómo puede esperar reconocer cambios en el proceso interior? No es algo que pueda pesarse en una balanza, como cuando nos pesamos al regresar de vacaciones y vemos que hemos ganado o perdido varias libras. No existe tal ganancia en el progreso espiritual.
Entonces hay algunos que imaginan que han progresado por un cierto tiempo, pero que ahora están retrocediendo. Se desaniman y dicen, “pensé que había llegado a algún lugar, pero seguramente debe haber sido una ilusión “. La vida es como el océano, y el océano no siempre está en calma. Hay momentos en que el mar está agitado y entonces el barco naturalmente se mueve arriba y abajo, y creer que, mientras el barco se mueve hacia abajo, se hundirá, es un error; está yendo hacia abajo con el fin de subir; es su movimiento; es natural. El murid está expuesto a tales experiencias en el camino de la vida. La vida tomara su propio curso. El que navega tendrá que encontrar muchas veces un mar difícil; tiene que prepararse para esto y no sentir miedo ni desanimarse. Aún tiene que proseguir en la vida. Si el viaje de la vida fuera suave y tranquilo, no habría necesidad de desarrollo espiritual. Se debe tener control del timón para ser capaz de atravesar mares calmados y tormentas.
A veces el murid se pregunta qué están diciendo los demás, y si están disgustados o complacidos; si están disgustados, piensa que no está progresando. Pero esto no tiene nada que ver con el progreso. Los que están disgustados estarían disgustados hasta con Jesucristo, y al mismo tiempo pueden estar complacidos con la peor persona. El descontento de los demás no significa que uno no esté progresando.
Entonces si las circunstancias son adversas, el murid piensa que no está en el camino correcto. Pero ¿significa que un barco no está en su curso correcto si se encuentra con una tormenta? Ni el murshid,ni Dios son responsables si las circunstancias son adversas, y lo mejor es afrontarlas, ser más valientes y audaces, y abrirnos camino a través de ellas. Ghazali,el gran escritor sufí de Persia dice que el progreso espiritual es como disparar a un objetivo en la oscuridad; no sabemos dónde está el objetivo, no lo vemos, pero igual disparamos.
El verdadero ideal de la persona spiritual no es el gran poder, ni una basta cantidad de conocimiento. Su verdadero ideal esta más allá del poder y el conocimiento; es aquello que es ilimitado, incomprensible, sin nombre y sin forma. No hay hitos que contar; no podemos decir, “he recorrido muchas millas y quedan aún muchas más por delante” Esto no pertenece a un viaje espiritual. La búsqueda de lo ilimitado es ilimitada de lo sin forma no tiene forma; no podemos volverla tangible. Pero entonces, ¿qué es aquello que garantiza progreso? ¿Qué evidencia tenemos de que avanzamos? Solo hay una evidencia y esa es nuestra creencia; hay una garantía y esa es nuestra fe. Si creemos, podemos seguir adelante, si estamos convencidos, entonces lo haremos, debemos alcanzar nuestro objetivo.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel