Hazrat Inayat: El hombre, la semilla de Dios pt IV
Hazrat Inayat Khan concluye su explicación del fenómeno del alma haciendo una clara distinción entre las impresiones en la consciencia y el alma pura en sí misma. En el segundo párrafo la palabra “creativa” puede entenderse como queriendo decir expresiva. Esta publicación concluye la serie; la publicación anterior está aquí.
Mucho de la diferencia en el entendimiento es la diferencia de las palabras. Si alguno dice que el alma es el mundo de las impresiones que la consciencia tiene ante sí, y que el espíritu es la consciencia, entonces podría decir que alma regresa.
Cuando el hijo de padres no poetas canta, componiendo él mismo las letras, esto muestra que ha recibido las impresiones de algún alma poética. El alma que llega a la superficie es más sensible que creativa; no es creativa, porque no tiene nada que dar. El alma al regresar es creativa; imparte allí su experiencia. Por ejemplo, una placa fotográfica sin uso capta la impresión del objeto ante ella, pero la placa usada refleja su impresión en el papel. Supongan, por ejemplo, que el alma de Visnú encuentra un alma en su camino a la manifestación, esta poderosa alma puede impresionar a la otra con sus atributos. Luego el alma puede decir, “Soy Krishna, la reencarnación de Visnú”. El alma se impresiona con todo lo que se aparece ante ella. A veces los hijos de personas muy comunes y corrientes pueden impresionarse tanto al estar en la presencia de una gran persona, que ellos mismos se vuelven grandes. Y como la personalidad no es otra cosa que la aglomeración de pensamientos e impresiones, el heredero de éstas puede ser llamado reencarnación del pasado, aunque su alma es la suya propia.
A veces un niño parece ver y entender mucho de lo que sucede a su alrededor desde su niñez. A veces un joven ve y entiende más que un viejo. Tales personas son consideradas por la persona promedio como almas viejas y los reencarnacionistas toman esto como la prueba de la doctrina de la reencarnación. Pero en realidad conocer y entender no dependen del aprendizaje; el conocimiento es la cualidad del alma. El conocimiento del espíritu ha sido del hombre en todas las eras. Una persona vieja no necesita leer muchos libros para aprender que alguna vez fue un niño pequeño, lo sabe, es su experiencia pasada. Así, el alma conoce su propia experiencia; solo requiere un pequeño despertar para adquirir consciencia de sí misma.
Cuando el sha de Persia quiso tener la historia de Persia escrita por un escritor, no se pudo encontrar a nadie para hacerlo hasta que el poeta místico Firdausi dijo que él la escribiría. Y escribió desde su conocimiento interior, Shahnama, la historia de los shas de Persia. Si él tenía este conocimiento de la recopilación de sus propias vidas pasadas tendría que haber reencarnado ininterrumpidamente en Persia y solo en Persia dotado cada vez con el mismo grado de inteligencia, hasta haber adquirido y retenido todo ese conocimiento.
No hay nada que el alma no pueda conocer, puesto que toda la existencia objetiva está hecha por el alma para su propio uso; y por lo tanto no es asombroso si el hombre posee grandes cualidades que no ha heredado, y si tiene el conocimiento de todas las cosas a través de la revelación, no a través del aprendizaje. Es asombroso solo cuando no la tiene, y esto es debido a los globos sobre globos del mundo objetivo, que cubren la luz del alma.
Traducción al español:
Hafiz Juan Manuel Angel