Hazrat Inayat: Mensaje y Mensajero, parte X
En esta continuación de nuestra serie, Hazrat Inayat Khan habla del egoísmo difundido por todo el mundo actual, y nos dice que el remedio a esta enfermedad es el ideal, que ha desaparecido de la conciencia colectiva. La publicación previa se puede encontrar acá.
El mensaje no es para una nación, raza o comunidad; es para toda la humanidad. Su única meta está en traer una mejor comprensión entre las partes divididas de la humanidad, mediante el despertar de su conciencia sobre el hecho de que la humanidad es una familia. Si una persona en la familia está enferma o infeliz, esto sin duda causa infelicidad en el conjunto de la familia. Pero aun este no es el símil más apropiado. La humanidad es un cuerpo, un todo viviente siendo uno en su fuente y en su destino, su comienzo y su fin. Ningún científico negará esto. Y si una parte del cuerpo padece, tarde o temprano todo el cuerpo se verá afectado; si el dedo nos duele, nuestro cuerpo no está libre del dolor. Así, ninguna nación, raza o comunidad puede considerarse como una parte separada de la humanidad.
Hoy en educación, en política, en todas las áreas de la vida, parece haber una visión individualista, ¿pero dónde terminará esta tendencia? ¿hacia dónde conducirá a la humanidad? Si cada uno piensa que debe vencer al otro, ¿dónde estarán la armonía y la paz que anhelan todos, sin importar su raza o religión?
Sin lugar a dudas, esta condición ha sido ocasionada por un materialismo y mercantilismo de largo trayecto, que ha inculcado en cada alma el espíritu de la competición y la rivalidad, la vida completamente absorbida en procura de sus propios intereses y en el intento de tomar para sí lo mejor en la vida. La vida es una batalla sin tregua, y solo una cosa puede aliviar esta batalla: la consideración hacia los demás, la reciprocidad, la entrega en lugar del egoísmo.
Con el egoísmo como asunto central, el progreso del mundo nunca conducirá al deseo y propósito del alma. En cierto tiempo, el llamado fue a cuidar el interés propio; ahora, ha llegado el momento para la humanidad de recibir un mensaje de comprensión y consideración recíproca, dado que la paz individual y la felicidad dependen de la paz y felicidad de toda la humanidad.
Lo que hace falta en la educación moderna, en el arte y la ciencia, en la vida social, política y comercial, es el ideal, el ideal que constituye el secreto del cielo y de la tierra, el misterio oculto detrás del ser humano y de Dios. Aun con todas las posesiones en el mundo objetivo, el hombre sigue siendo pobre si carece del ideal, y esta pobreza es la causante de irritación, conflictos y altercados, de donde vienen guerras y desastres de todas las clases. La mayor necesidad humana, hoy en día, consiste en la exploración de la personalidad humana, que busca en ella la inspiración latente y el poder sobre el cual construir todo el edificio de su vida. Pues vida no solo significa vivir, sino enaltecerse a sí mismo y alcanzar esa perfección que es el anhelo innato del alma. La solución al problema de nuestro tiempo es el despertar de la consciencia de la humanidad sobre su propia divinidad. El mensaje de fondo de todas las religiones es el de la realización de una vida que culmina en el pensamiento de unidad. Es a la elevación de la humanidad a esta consciencia, hacia donde se dirigen todos los esfuerzos del Movimiento Sufí.
Continuará…
Traducido por Vadan, Juan Camilo Betancur