Hazrat Inayat : La música, la religión de la humanidad
En esta breve conferencia sobre música y armonía, Hazrat Inayat Khan habla de música ‘hecha por el alma’ y ‘hecha por el hombre’, e indica que la armonía del mundo sólo se puede encontrar a través de la armonía de la música.
Al hablar de la armonía de la música, quisiera decir que la verdadera armonía de la música viene de la armonía del alma, y que la música por sí sola se puede llamar verdadera si viene de la armonía del alma, su verdadera fuente; y cuando viene de allí, atraerá a todas las almas. Toda alma difiere en su elección en la vida, en su elección del camino que debe seguir. Esto se debe a la diferencia en la mente, pero en esencia las almas no difieren. Por tanto, cualesquiera que sean los medios que se eligen para juntar a las diferentes mentes de las personas, no habrá mejor manera para armonizarlas que la música. No sería ninguna exageración decir que sólo la música puede ser el medio a través del cual las almas de las razas, las naciones, y las familias que están ahora tan separadas puedan unirse algún día. Es por esto que la enseñanza del músico en la vida es muy grande. La música se expresa no por el lenguaje sino por la belleza del ritmo y del tono que tienen mucho más alcance que el lenguaje. Y mientras más consciente está el músico de su misión en la vida, mayor será el servicio que pueda hacer a la humanidad.
Ahora, en cuanto a la ley de la música que existe en diferentes naciones, existen por supuesto diferencias en los métodos, pero en la concepción de la belleza no hay diferencia. Las diferencias existen cuando la música está hecha por el hombre; no existe diferencia en la música hecha por el alma. Supongan que un hombre venga desde el lejano oriente, el extremo norte, sur u oeste, pero doquiera que vea la belleza de la naturaleza, no puede sino admirarla y amarla. Así también, un amante de la música, de cualquier país que venga y cualquiera que sea la música que escucha, si la música tiene alma y si el amante de la música busca el alma en la música, sabrá apreciar y admirar toda la música. Más aún, la música tiene una misión no solo para con las multitudes, sino para con los individuos. Y su misión para con el individuo es tan necesaria y grande como para con la multitud.
Todos los problemas del mundo, y todos los resultados desastrosos que surgen de esto, todos se dan por la falta de armonía. Y esto demuestra que el mundo necesita armonía hoy más que nunca. Entonces, si el músico comprende esto, su cliente es el mundo entero. Cuando una persona aprende música, no necesariamente aprende a ser un músico y a convertirse en fuente de placer y dicha para su prójimo; pero al tocar, amar, y escuchar la música, desarrollará la música en su personalidad. El verdadero uso de la música es convertir nuestros pensamientos, palabras y acciones en musicales. Debemos ser capaces de dar la armonía que el alma ansía y añora cada momento. Toda la tragedia del mundo, del individuo y de la multitud, se debe a la falta de armonía. Y la mejor forma de dar armonía es producir armonía en nuestra propia vida.
Existen diferentes tipos de música, cada uno atractivo para ciertas almas de acuerdo con su evolución. Por ejemplo, los niños en la calle están muy contentos de marcar el ritmo, porque ese ritmo tiene cierto efecto en ellos; pero una persona evoluciona de manera que ansía una armonía más fina. Por qué la gente es agradable o desagradable unos con otros, es debido a sus diferentes niveles de evolución. Por ejemplo, uno está a un nivel en el que aprecia cierto tipo de música; otra persona, con mayor evolución, quiere música apropiada para su evolución. Así mismo es en la religión: algunos se apegan a ciertas creencias y no desean evolucionar más allá. Así también es posible que el amante de la música sea tentado a quedarse con cierto tipo de música y que no se eleve más allá. La verdadera forma de progresar a través de la música es evolucionar libremente, seguir avanzando, sin importar lo que los demás piensen, y de esta forma, junto con nuestro desarrollo en la música, armonizar nuestra alma, nuestro entorno, y nuestros asuntos.
Durante mis viajes a través del mundo, he escuchado la música de distintos lugares, y siempre he sentido esa amistad y hermandad íntimas en la música; y siempre tengo un gran respeto por la música y por el devoto de la música. Y una cosa en la que creo, y cuando estaba en India estaba convencido de ello una y otra vez al reunirme con aquellos que habían alcanzado la perfección en la música, es que no sólo en la música sino también en sus vidas, podemos sentir la armonía que es la verdadera prueba de la perfección. Si siguiéramos este principio de la música, no habría necesidad de una religión externa, y algún día la música sería el medio para expresar la religión universal. Se requiere tiempo para esto, pero llegará el día en el que la música y su filosofía se convierta en la religión de la humanidad.
Traducido por Darafshan Daniela Anda