Hazrat Inayat Khan: Ningún sonido carece de significado
Los ejercicios que practica un discípulo deben ser considerados como una manera de dar cuerda, proceso que mantiene el mecanismo del reloj andando. Y cuando no podemos continuar las prácticas con la regularidad que se les ha asignado, fallamos en mantener el espíritu en su tono correcto y ritmo regular. Sin embargo, el ser humano no es simplemente una máquina; esa es una parte de su ser. Y es por esto que un pensamiento que es repetido automáticamente en uno mismo a través de un práctica, el discípulo debe continuarlo por su propia voluntad: que no lo practique únicamente al momento de hacer los ejercicios, sino que continúe el pensamiento a lo largo del día, que el mismo pensamiento pueda continuar en la noche mientras duerme, en su mente subconsciente. Esto es lo que le trae el verdadero beneficio.
Por ejemplo, combinar el ritmo de la respiración con los pasos que damos mientras caminamos y continuar mentalmente el pensamiento de nuestro fikar, repetir el wasifa con cada paso que se da al caminar, puede traernos mil veces más beneficio que solo hacer el ejercicio a una hora determinada. El objetivo es hacer de uno mismo el pensamiento al repetirlo en la respiración en la forma de una palabra con cada acción, con cada movimiento. Es de esta manera que adquirimos el beneficio absoluto de nuestros ejercicios. Los Sufis que vivieron en la naturaleza interpretaban el canto de los pájaros en la forma de su wasifa. Lo veían como su zikar. Y así, sentados en la naturaleza, siempre lo escuchaban. En lugar de ellos repetir el zikar, los pájaros lo repetían por ellos. Así bendijeron a los pájaros y se despertaron a ellos mismos.
Para el Sufi ningún sonido carece de significado, pues interpreta ese sonido para sí mismo en el reino del significado que quiere darle. Además, el sonido de la naturaleza que es constantemente escuchado a través del viento y el correr del agua, a través de todas las cosas en movimiento, se convierte en la más grandiosa meditación que puede haber si prestamos atención a ella. Esto desarrolla un maravilloso entendimiento gracias al cual recibimos el beneficio más completo que proviene de todos los sonidos que nos rodean.
P: El derviche usa el sonido de los pájaros. Lo hace al escuchar algo más allá de lo que el pájaro dice. El pájaro hace un sonido y el derviche saca algo más de éste. Ahora, ¿alguien que vive en una ciudad puede también sacar algo del sonido de ésta?
R: Sí, puede volver armónicos los sonidos más inarmónicos. En Wissous* tuvimos una campana de iglesia bastante cerca. Muchos venían a decirnos “qué molestia esa campana, todo el tiempo, sonando día y noche”. Para mí esa campana era una gran bendición. La manera en que repicaba la campana decía el zikar tan claramente porque provenía de la tradición. Ellos no lo sabían conscientemente, pero se les enseñó en el pasado a tocar la campana de ese modo en particular. Y es claramente la segunda mitad del zikar. Era tan inspirador. Esto hacía que todo el pueblo entrara en la atmósfera del zikar.
*Cuando Hazrat Inayat y su familia se mudaron a Francia primero vivieron en Wissous, una villa al sur de París, antes de trasladarse a Suresnes.
Tr. Prajnabai Mariana Betancur Gómez
Hermoso canto que que se siente al amanecer…..
Que esa melodía resuene hasta el siguiente amanecer…
Gracias Mariana….??
Es en el caminar de la vida diaria que podemos poner en práctica las bellas enseñanzas del maestro; un reto de todos los días. Que así sea!!