Hazrat Inayat: Preparación
Esta breve conferencia de Hazrat Inayat Khan es una joya de preciosas enseñanzas para el mureed dedicado y es entregada de una manera informal e íntima. En el primer párrafo, su uso de la palabra “Lugar” es equivalente a “capacidad”, que él empieza a utilizar más adelante en el texto.
En el camino espiritual la preparación más necesaria es la ubicación del conocimiento de Dios, Dios en el propio corazón. Si me preguntas a qué me refiero por “ubicación”, la respuesta es que, en el oído, por ejemplo, hay una ubicación para el sonido que viene del exterior. La razón es que en el oído hay espacio para la acomodación, no solo del sonido, sino también para cada letra y cada sílaba. Si no fuera por este lugar que tiene el ser humano en el oído, no podríamos escuchar, y así mismo ese lugar se debe crear en el propio corazón. Esta construcción del oído es una imagen perfecta del lugar que encontramos en el corazón. Afuera, la oreja es hueca. Su forma es un receptáculo y esto se produce como respuesta. La tendencia es asimilar todo lo que viene, parece que a la oreja se le hubieran extraído una parte para hacer un agujero.
Así que algo debe ser extraído del corazón para adquirir capacidad. Por supuesto, las dificultades de la vida abren esta capacidad todo el tiempo. Y, de nuevo, hay una cubierta frente a la oreja que ayuda al sonido a ser retenido para que se pueda distinguir. En el corazón esto se produce por el poder de concentración. Los pensamientos de amor y compasión se deben volver distinguibles, y es la concentración la que permite que así sea. La intuición es la distinción de todo lo que viene al corazón. El corazón debe permitir que se vuelva claro. Un órgano interno del oído es la vibración, que se encarga de distinguir cada palabra. En el corazón existe una facultad intuitiva: todo sentimiento que entra en el corazón vibra. Esto hace que las cosas sean distintas a nuestra vista. Muchos consideran que el corazón es una imagen del ojo, pero yo considero que el corazón es más la imagen del oído que escucha. El sentido que puede ser representado por el ojo se ubica en el centro de la cabeza.
El trabajo de la facultad de la intuición es la percepción y la concepción. Hay dos maneras de saber: una, a través de la cabeza, y otra, a través del corazón. Saber a través del corazón es como escuchar, y saber a través de la cabeza es ver. Ver, sin duda, trae satisfacción; pero escuchar da una satisfacción incluso mayor. Todo lo que es susceptible de ser escuchado toca la profundidad del ser, y lo que es visible se refleja en la superficie de nuestro corazón. La práctica de Zikar tiene como objetivo hacer esa capacidad en el corazón para convertir el corazón en el oído. Cada repetición del Zikar es como tallar algo con un cincel. Al tallar una parte del corazón, este podrá ahuecarse y tener la capacidad de recibir todo lo que venga. El sonido tiene poder sobre el corazón y el alma. Cuando se te da un ejercicio, su poder es el mismo que la palabra o el significado de la palabra. Por eso, se debe recortar la parte que le impide al corazón hacer su propio trabajo. El poder de la palabra es tal, que todas las cosas pueden ser acomodadas por ella, si uno lo hace bien. Se pueden crear maravillas con ayuda de la palabra. Por esto, un mantra es más poderoso que un arma. Esta es la experiencia de toda mi vida.
Por supuesto, antes de hacer una práctica más profunda del Zikar, uno debe controlar sus pensamientos y sentimientos. Si no, podemos llegar a causar gran daño a nosotros mismos o a otros. No debemos dirigir la mala voluntad, la ira, a nadie, ni siquiera a nuestro peor enemigo. Si uno crea compasión, podrá tolerar, perdonar y tomar la vida con tranquiliad. El poder se incrementa. Existen dos cosas: una es recibir inspiración y la otra es ganar poder, Jemal y Jelal. Jemal es misericordia y compasión. Jelal es autodisciplina y dominio de uno mismo.
Otro asunto para mis mureeds es que deben saber que no está solos en el camino espiritual. Tienen una guía, no en la imaginación, sino que vive en la tierra, cuya felicidad y cuyo dolor son tu felicidad y tu dolor. Es alguien que es un ser humano, y tiene problemas y lucha consigo mismo y con los otros. Por ello, debemos sentirnos seguros al recorrer el camino espiritual. Nuestro guía está en el mismo mundo, ha pasado por la misma vida de un ser humano. No debemos sentirnos extraños con el Murshid, sino que debemos sentir cercanía y hermandad. Hay alguien que te comprende a ti con tus dificultades. Lo que se necesita son tres cosas:
- Confianza y seguridad en el Murshid, en su sentimiento de interés por tu felicidad y tu bienestar.
- Considerar el trabajo que te puede interesar (meditación, etc.) como el tipo de trabajo más necesario para cumplir con tu deber. Si no lo haces con toda tu confianza, él no podrá ayudarte en la dirección hacia la que se requiere tu esfuerzo. El Murshid conoce las dificultades del mundo occidental, y por ello te da menos trabajo en comparación con el que se le da a la gente en oriente. (Ninguno de ustedes tiene seis horas de silencio ni tres días de ayuno. En oriente esto es habitual). Aún así, somo más privilegiados en occidente. No solo tenemos enseñanzas espirituales, sino que el mensaje de Dios se da aquí y resonará en oriente. Comienza en occidente y se dirige a oriente. Estamos recibiendo la Luz, que está más allá de la meditación o los estudios. El significado externo es un mensaje de palabras; el significado interior es el mismo que se representa en el Sacramento, como el vino (la sangre) y el pan (la carne). La vida misma es Luz. Una prueba no es necesaria para los mureeds sinceros, fieles al Murshid y a la Causa, el mismo hecho los hace sinceros. Nuestra meditación de quince minutos es mucho más que la práctica de seis a diez horas en Oriente.
- Tu parte responsabilidad en la aplicación del Mensaje, lo que obtienes de las enseñanzas, en la vida cotidiana, que debes probar tú mismo en el día a día. Ustedes deben ser trabajadores de la Causa según su habilidad y capacidad.
Traducido por Prajnabai Mariana Betancur