Hazrat Inayat : Seeking for the Ideal pt I (Spanish version)

Hazrat Inayat: Buscando el ideal pt I 

Hazrat Inayat Khan con frecuencia hablaba de la necesidad de la religión en la vida, y aquí aborda el tema desde el punto de vista de varios anhelos universales, incluida nuestra búsqueda de un ideal. 

La religión es una necesidad del alma humana. En todas las épocas y en todos los estados de evolución de la humanidad, ha habido una religión que la gente sigue, pues en toda época se ha sentido una necesidad por la religión. La razón es que el alma del hombre tienen muchos deseos profundos, y esos deseos tienen respuesta en la religión. 

El primer deseo es la búsqueda del ideal. Llega el momento en el que el hombre busca una justicia más completa que la que encuentra entre los hombres, y en el que busca a alguien en quien pueda confiar con más certeza que en sus amigos del mundo. Llega un tiempo en el que el hombre siente un deseo de abrir su corazón a un Ser que está por encima de los seres humanos y que pueda entender su corazón. El hombre naturalmente quiere conocer a alguien que sea más grande que si mismo, y cuando ha buscado su ideal en el mundo de la mortalidad, naturalmente está inclinado a tornarse hacia alguien que esta más arriba del hombre, ya que el alma humana no puede alcanzar su ideal. Quiere sentir que hay alguien que viene en su ayuda, alguien que está cercano a él en su soledad. Siente la necesidad de pedir perdón a alguien que está por encima de la mezquindad humana, y de buscar refugio bajo alguien que sea más fuerte que él. Y para todas estas tendencias humanas naturales hay una respuesta que es dada por la religión, y esa respuesta es Dios. 

Todo ser viviente en la tierra ama la vida por encima de todo. El insecto más pequeño, cuya vida dura solo un instante, trata de escapar a cualquier peligro para poder vivir un momento más. Y el deseo de vivir está más desarrollado en el hombre. En la medida en que la inteligencia se despierta en el hombre, comienza a preguntarse si la vida es meramente transitoria y si después de esta vida todo termina. Para él, el pensamiento de que después de su corta vida el mundo continuará es peor que la muerte. Y si la vida no tuviera un efecto embriagante, ese pensamiento mataría a mucha gente. El hombre que piensa que después de esta vida no hay nada más, no puede detenerse mucho en ese pensamiento. Pensar en esta idea y meditarla produce la misma sensación que estar parado en una gran altura y mirar hacia abajo. Aterroriza a la persona. La creencia de que nuestra vida continuará después que nos hayamos ido a la muerte es una idea muy reconfortante para toda alma. El hombre que no ha recibido la recompensa de sus esfuerzos, de su bondad, que no se ha encontrado en la vida con una respuesta a su sentido de justicia; quien no ha encontrado completa satisfacción y que no ha logrado alcanzar su deseo en la vida, su esperanza está en lo que vendrá después. Esto es lo que la religión le promete. 

Entonces, el deseo de vivir, si no en la tierra en el más allá, existe en toda persona, Y el que lo mira con pesimismo y argumenta contra la posibilidad del más allá, lo hace solo para establecer en su mente la convicción de que existe un más allá. No lo admitirá, porque piensa que es inteligente negarlo; pero no está dispuesto a morir, no está dispuesto a negar que hay una vida continua. 

La misión de la devoción, de la religión, de la espiritualidad ha sido la de traer al hombre esa convicción que su raciocinio intelectual niega, pero que solo la creencia y la fe pueden dar. ¿Hay alguna persona en este mundo que quisiera que su existencia terminara para siempre? – Nadie. Pero todos, sea que parezca que lo están haciendo o no, están en búsqueda de algún hilo, algún vínculo, para estar seguros de que hay una vida en el más allá; no es cierto que no haya pruebas del más allá; es solo que aquellos que quieren una prueba buscan esa prueba en la dirección equivocada. ¿Cómo puede una prueba de la inmortalidad ser encontrada en la existencia mortal? La prueba de la inmortalidad es la inmortalidad en sí misma. Como la vida no tiene experiencia, no tiene prueba, si hay una prueba, es la vida en sí misma. Llegar a la inmortalidad desde el limitado concepto de mortalidad es como despertar de la inconsciencia y volverse consciente. ¿No ha tratado toda religión a su manera, por un medio u otro, de llevar al hombre al reconocimiento de que hay una vida en el más allá? 

Continuará… 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

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