Hazrat Inayat : Algunas preguntas y respuestas
Además de dictar conferencias sobre varios temas, Hazrat Inayat Khan también respondía preguntas de sus estudiantes, y los lectores podrían encontrar muy estimulante el siguiente puñado de intercambios. La pregunta para la primera respuesta no ha sido registrada.
R. El conocimiento intelectual tiene mucho que ver con el cerebro, y la sabiduría viene desde el interior del corazón; pero en la sabiduría trabajan tanto el corazón como la cabeza. Podemos decir que el cerebro es el asiento del intelecto y el corazón el trono de la sabiduría. La sabiduría ciertamente puede llamarse el conocimiento espiritual; pero la mejor explicación de la sabiduría sería el conocimiento perfecto, el conocimiento de la vida por dentro y por fuera.
P. ¿Cuál es la diferencia entre intelecto e inteligencia?
R. Inteligencia es la cualidad de conocer; sin embargo, no es del todo una cualidad, es el ser en nuestro interior el que conoce. Y el intelecto es el molde que está hecho de todo lo que hemos aprendido y experimentado; y a través de este molde es que funciona la inteligencia. La inteligencia representa el alma misma.
P. ¿Qué es el humor y cuál es su valor?
R. El humor es la señal de la luz. Es la luz que llega desde arriba. Cuando esa luz toca nuestra mente nos hace cosquillas; y son las cosquillas en la mente las que producen humor.
P. ¿Cuál es la actitud de la oración sincera?
R. La actitud de un devoto hacia Dios es la de un amante hacia su amado, de un niño hacia sus padres, la de un sirviente hacia su amo, la de un estudiante hacia su maestro, y la de un soldado hacia su comandante.
P. ¿Qué es el corazón y qué es el alma?
R. Supongan que tomamos una lámpara, una lámpara ardiendo, como imagen del ser humano. La llama es el alma, y la esfera es el corazón. La parte interna de la esfera se llama corazón, la parte externa es la mente, y la pantalla sobre la lámpara es el cuerpo.
P. ¿Puede una persona cambiar el objeto de su deseo de cualquier otra forma que no sea por saciedad?
R. Sí, hay una forma – elevándose por encima. Por ejemplo, la persona que no tiene hambre no tiene ninguna virtud al ayunar. El ayuno es una virtud para el que quiere comer y renuncia a la comida.
P. La práctica de no culpar a los demás, ¿significa que no debemos ver las faltas de los demás, que nos elevamos por encima de estas?
R. No. En primer lugar es una cuestión de auto moderación o auto control, educación, amabilidad, simpatía, gracia, de una actitud de veneración hacia Dios, el Creador de todos los seres, cuyos hijos somos todos, buenos o malos. Si el hijo de cualquier persona resulta ser de apariencia fea, ¿sería cortés decir a sus padres “su hijo es feo”? El Padre-Madre de todos los seres está ahí, comprende y conoce lo que hay en el corazón de todas las personas. Él lo crea todo, con sus faltas y sus méritos. Cuando estamos dispuestos a juzgar, es ciertamente contra el Artista que los ha hecho, no a Sus espaldas, sino en Su Presencia.
Si nos damos cuenta de esto, no sería difícil ver la presencia de Dios en todo lado. Además de esto, siempre está nuestro beneplácito y nuestro descontento conectados con esto. Si vemos más fallas, significa que cerramos nuestros corazones a la actitud favorable, y que abrimos nuestros corazones a la actitud desfavorable para criticarlos. Sí, llega un momento tras la práctica continua de esta virtud, en el que vemos la razón detrás de cada falta que se nos presenta en todas las personas que encontramos en nuestras vidas; nos volvemos más tolerantes, nos volvemos más indulgentes. Por ejemplo, piensa en una persona que está enferma, y que al llorar, lamentarse y gritar crea un ambiente perturbador. Nos molesta. Decimos, “¡Qué mal, qué molesto! ¡qué mal carácter!” No es mal carácter, es la enfermedad detrás de este. Es ese razonamiento el que nos hará tolerantes. Cuando no vemos la razón, estamos ciegos a esa luz de Dios, ciegos al perdón que es la única esencia de Dios que puede encontrarse en el corazón humano.
P. ¿Debe el viaje espiritual de una persona ser rápido o lento, o es una cuestión de temperamento?
R. Diría que es una cuestión de temperamento; pero pienso que una feliz mitad es lo mejor. Muy lento es monótono, y muy rápido no es deseable. Pienso que el encanto del viaje está en su equilibrio. Si el hombre viajara con la velocidad de una hormiga, o un gusano, o un germen, sin duda estaría frente a la eternidad, pero no sería algo interesante para el humano. No fue hecho para viajar así. Por ende, quien adopta una velocidad artificial siempre está limitado. Una persona que va en aeroplano o en tranvía, no disfrutará todo el placer del viaje que disfruta quien lo hace a pie. Además, en todo podemos ver lo mismo. Desde el gramófono podemos escuchar la voz humana, pero pierde su magnetismo, porque es la voz humana la que fue hecha para llegar a los oídos. Cuando viene del gramófono, eso lo arruina.
Traducido por Darafshan Daniela Anda