Hazrat Inayat: Espiritualidad, La Afinación del Corazón parte III

Con esta publicación continuamos un texto más largo que inició aquí y continuó aquí. Como se observó antes, el lenguaje corresponde aproximadamente al estilo de hablar natural de Hazrat Inayat Khan, que muchos estudiantes podrían apreciar, y el significado es ciertamente claro.

Y ahora sobre la pregunta, ¿A qué me refiero por corazón? ¿Es el centro nervioso en medio del pecho, el pequeño pedazo de carne que los médicos llaman corazón? No. La definición de corazón es: corazón es la profundidad de la mente; mente es la superficie del corazón. Aquello que siente en nosotros es corazón, lo que piensa es mente. Es la misma cosa que piensa y siente, pero la dirección es diferente. El sentimiento viene de la profundidad, el pensamiento de la superficie. Pero cuando el pensamiento no está vinculado con el sentimiento, es tal cual como una planta que crece de la tierra, pero sus raíces no han penetrado profundo en la tierra. El pensamiento sin sentimiento no tiene poder, igual que una planta sin raíces profundas. Un árbol cuya raíz ha penetrado hondo en la tierra, es más fuerte, más confiable. Así el pensamiento profundamente enraizado en el corazón tiene gran poder. Por eso, el corazón es el elemento a través del cual espíritu y espiritualidad se pueden obtener. El ser del hombre se puede dividir en tres aspectos: el cuerpo, el corazón y el alma. El corazón es una bombilla sobre el alma, y el cuerpo es una cubierta sobre el corazón. Pero podríamos decir, “¿Es el alma tan pequeña para estar cubierta por el corazón, y es el corazón tan pequeño para estar cubierto por el cuerpo?” No es así. El alma está por dentro y por fuera.

Como un ejemplo, la luz está cubierta por la bombilla, y la bombilla está cubierta por otra cobertura. Y aun así, ¿está cubierta la luz? La luz igual brilla por fuera. La luz no está debajo de la cubierta. Parece estar bajo la cubierta, pero brilla por fuera. Así es el alma. La bombilla no brilla por fuera. Es la luz la que toma el color de la bombilla. Es el alma la que es más grande. Al mismo tiempo, la luz está dentro de la bombilla. El alma está dentro del cuerpo de la misma manera; es exactamente la misma cosa que la luz dentro de la bombilla y la bombilla dentro de la cobertura. Y al mismo tiempo, la luz está por fuera de la cobertura. Y la energía de la bombilla resplandece por fuera de la cobertura igualmente. Por eso, el poder del corazón es más grande que el poder del cuerpo, y el poder del alma es aún más grande. Pero mientras ignoremos esto, no podemos darnos cuenta de la verdad. Imaginen qué poder tiene la cualidad del corazón. La gallinita con sus polluelos, si viene un caballo o un elefante, está lista para pelear. En cualquier otra circunstancia huiría, pero con sus polluelos está lista para pelear contra un elefante. En esos momentos la cualidad del corazón resplandece. Está sintiendo. En ese momento, su poder es tan grande que está lista para enfrentar a cualquiera. En India se cuenta la historia de un cazador que perseguía a un venado hembra que corrió hacia los bosques. Y el cazador la persiguió. Y cuando ella se acercó a sus pequeños que estaban esperándola, dejó de correr. Se olvidó del cazador. En ese momento ya no tenía miedo, tan pronto la cualidad del corazón se despierta ante la presencia de sus pequeños. No hay nada que no sacrificaríamos, no lograríamos, no enfrentaríamos cuando la cualidad del corazón se despierta. Toda cobardía y debilidad, miseria y desdicha, aparecen cuando la cualidad del corazón está cubierta y el hombre comienza a vivir en su mente. Los leones se convierten en conejos cuando el corazón no está vivo. Muy pocos entienden el poder del corazón. Una vez el corazón se despierta, no hay nada que no podamos lograr. Da todo el poder que necesitamos, además de la inspiración y la iluminación, para conseguir cualquier cosa que queramos.

Podemos preguntar, ¿No es natural alcanzar la espiritualidad? ¿Acaso no llega sin ningún esfuerzo de nuestra parte? ¿Y si no fuera natural, entonces para qué alcanzar la espiritualidad? Este es un argumento correcto. Pero mi respuesta es, la espiritualidad no es solo para los seres humanos, sino también para la creación inferior, para todo ser. No la espiritualidad en el sentido que entendemos, pero en el sentido de estar afinados con nuestro tono natural. Incluso lo pájaros tienen momentos de exaltación. En la puesta del sol, la salida del sol, el amanecer, o a la luz de luna, hay momentos en los que incluso los pájaros y animales se sienten exaltados. Bailan y cantan y se posan en las ramas del árbol en exaltación. Cada día esta dicha exquisita ellos sienten. Y si vamos todavía más allá y si tenemos ojos para mirar en aquellas formas donde otros no ven vida, en la piedra, o el árbol, encontramos que hay momentos en los que incluso los árboles están en completo estado de éxtasis. Aquellos que se mueven en la naturaleza, que abren las puertas de su corazón, cuya alma está en contacto con la naturaleza, encuentran a la naturaleza cantando, bailando, comunicando. No es solo una leyenda, una historia del pasado, que los santos acostumbraban hablar con los árboles. Es un hecho real. Es igual ahora que en el pasado. Las almas son de la misma naturaleza. Es lo mismo. Sólo que ahora nos hemos vuelto incrédulos, no tenemos confianza en la vida. Nos hemos vuelto materiales, hemos cerrado los ojos a lo que viene ante nosotros. Hoy las almas pueden ser santos y sabios igual que antes. ¿No son las estrellas igual que antes? Hoy también se comunican con quienes pueden entender. Pero hemos dado la espalda a la naturaleza; vivimos en un mundo artificial; no hay confianza en nosotros mismos, ninguna creencia. Naturalmente, no hemos llegado a ser materiales, pero nos hemos convertido en materia. Es por ello que, quienes alguna vez han alcanzado la espiritualidad, la han alcanzado a través de despertar la cualidad del corazón.

Continuará…

Traducido al español por Darafshan Daniela Anda