Hazrat Inayat: El día del juicio final pt III
En esta parte final de su charla, Hazrat Inayat Khan da una perspectiva de la otra vida tal como cada individuo la experimentará, de acuerdo con su condición. La publicación previa de la serie está aquí.
Hay un tiempo en el que nuestro ego desea todo lo que le atrae, pero cuando pasa esta etapa de comenzar y actuar, la impotencia permanece.
Nuestra vida tiene tres partes, la parte antes de nuestro nacimiento, el tiempo de nuestra vida y el tiempo después de la muerte. Al considerar nuestra vida aquí y en el más allá entendemos que nuestra vida en la tierra es nuestra juventud, y la edad del más allá es el tiempo de recoger los frutos de nuestras acciones. Y el juicio llega con la mayoría de edad, que es el tiempo después de la muerte.
En el arte también vemos que hay tres aspectos. En la música existe primero la introducción, luego viene la música en toda su grandeza, luego viene la conclusión, que entrega la esencia de todo lo que ha venido antes. En la pintura, el artista primero diseña. Luego colorea la pintura y luego la mira; si no le gusta la borra o la rasga. Alguien podría decir, “la hiciste tú mismo, ¿por qué la rasgas?” Es porque cuando la mira, a veces descubre que no tiene valor, mientras que cuando es mejor el artista desea enviarla a una exhibición y orgullosamente invita a sus parientes y amigos a verla. Este mundo es la pintura del Creador. El Creador como el artista mira su obra y la altera, la mejora o la borra completamente como le parezca mejor.
¿Por qué se llama al Día del Juicio Final, día? Nuestro día es cuando estamos despiertos. Nuestra noche es cuando estamos dormidos. Estos nos son el día y la noche de la tierra, que se limitan a doce horas cada uno, sino el día y la noche de la conciencia. Lo que separa a un día de otro, lo que nos permite distinguir los días, es la noche.
Aquí nuestra vida está en la oscuridad de la actividad, donde el mundo de la ilusión aparece ante nuestros ojos como real, y el rápido transcurrir de la vida nos parece estable, tal como cuando en el tren parece como si los árboles en la vía se movieran y el tren estuviera quieto. Cuando la vida ilusoria demuestra no ser tan real como por algún tiempo habíamos pensado que lo era, entonces llega el día en el que las cosas nos parecen tan claras como a la luz del día. Para algunos pocos esto pasa en este mundo, pero para todos en la otra vida.
Aquí tenemos dos estados el de estar despiertos y el del sueño. Allí la única realidad será el sueño. Ese será nuestro día, no interrumpido por ninguna noche intermedia. No cambiará. Y este día durará por siempre, es decir hasta que nuestra individualidad se funda en la conciencia divina.
Soñamos con todas las cosas que nos rodean y con todas las cosas como aparecen naturalmente. Soñamos con un caballo o un elefante, o con nuestro hermano, nuestra hermana, nuestra madre, nuestro padre o nuestro tío; pero no soñamos con objetos inexistentes, como un caballo con alas o un conejo con orejas de elefante, porque no son de nuestro mundo. Aquello con lo que nuestra conciencia se impresiona, solo eso es nuestro mundo. Y ese mundo llega al juicio que siempre está ocurriendo. El mundo del padre de familia será su cabaña con su familia, el mundo del rey serán los alrededores de su palacio.
Entonces, ¿no estaremos en una gran reunión en la que habrá millones y billones de almas en cualquier forma que puedan aparecer, y todas las almas que han existido en la tierra serán juzgadas al mismo tiempo? Sera así aparentemente, pero no en la realidad, para todo individuo el Día de Juicio reflejará el mundo entero dentro de él y será particular a él. En otras palabras, un mundo será resucitado en cada alma. Los aspectos afirmativos y negativos de la conciencia estarán ambos en pleno juego, a veces en la apariencia de Munkir y Nakir los ángeles registradores.
En realidad, será como la grabación de un gramófono, que repite todas nuestras experiencias de la vida, recordadas y olvidadas, buenas y malas, al tiempo con la imagen en movimiento de todos los que estuvieron afectados, sea que hayan muerto antes o después o estén todavía vivos en la tierra. Esto tiene lugar ante nuestra propia alma en presencia del perfecto Ser justo y poderoso, el minucioso Conocedor y Ponderador de todas las cosas.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel
Murshid Nawab, un saludo lleno de amor.
Este tema del juicio final ha ido avanzando en complejidad, así como sucede también en la vida. Esta última entrega me resulta confusa, es acaso el día del juicio final un día eterno? Asi sean acciones de luz o de sombra, las veremos infinitamente? mi alma estará siempre en esto al retornar a la Divinidad? Entonces donde esta la evolución, si el final sera una repetición? La diferencia con esta experiencia será que ya no juzgaremos ni tendremos emociones frente a lo que vemos?
Si pudieras ampliar mas este tema Murshid sería de gran ayuda.
Querida hermana Hajiri, es un tema muy sutil, y no es fácil de entender. Si hemos alcanzado la etapa de Realización de Dios, entonces cuando pasamos de este mundo, no hay realmente ningún cambio en la conciencia – no es más que quitarse un abrigo. Si no hemos llegado tan lejos, nuestro mundo mental permanece ante nuestra vista, desvaneciéndose lentamente. Los bondadosos, los generosos y los fieles recibirán los frutos de sus pensamientos y acciones, y los que han creído en la Divina Misericordia lo sabrán. Los crueles y los egoístas experimentarán esas impresiones, pero sin la cubierta aislante del cuerpo físico, y por lo tanto más vivamente. A medida que las impresiones se desvanecen, el alma avanza hacia su objetivo final: un estado de pureza en el que se absorbe de nuevo en la Fuente.
Esperando que esto aclare el asunto, y enviando cariñosos saludos, Nawab