Harzat Inayat Khan: La Gracia de Dios

P: ¿Por qué recibimos esta bendición de la Gracia de Dios?

R: Todo aquello que pertenece a lo terrenal nos cuesta, en mayor o menor medida. Nosotros lo compramos. Y solo hay una cosa que no cuesta. No cuesta porque nunca podríamos pagar su precio, y esta es la Gracia de Dios. No podemos pagar por ella de ninguna forma, de ninguna manera: ni con nuestra bondad o nuestra piedad, ni con nuestras grandes cualidades, méritos o virtudes, con nada de esto. ¿A qué equivale nuestra bondad? La bondad de toda nuestra vida no es más que una gota de agua comparada con el mar. Nosotros, como seres humanos, somos muy pobres para pagar por la Gracia de Dios y así poder adquirirla. Ésta solo nos es dada, porque Dios es amor. ¿Qué esperamos nosotros del amor? Gracia.

P: ¿Podrías dar una definición de lo que es la Gracia de Dios?

R: La Gracia de Dios es el amor de Dios manifestándose en innumerables bendiciones, bendiciones que son conocidas y desconocidas para nosotros. Los seres humanos viven en la tierra, como ya lo he dicho, muchas veces inconscientes de todos los privilegios de la vida, y así son ingratos ante su Dador. Para poder ver la Gracia de Dios debemos abrir los ojos, elevando la cabeza sobre el pequeño mundo que hemos creado a nuestro alrededor. Y así ver arriba y abajo, a derecha e izquierda, delante y detrás, la Gracia de Dios que llega a nosotros por todos los lados en abundancia. Si tratáramos de agradecer, tal vez agradeceríamos por miles de años y nunca sería suficiente. Pero cuando vemos dentro de nuestra pequeña concha, no encontramos la Gracia de Dios. Lo que encontramos es miseria, problemas, dificultades, injusticia, dureza de corazón, frialdad del mundo, fealdad en todas partes. Por supuesto, naturalmente, cuando una persona mira hacia abajo, lo que ve es lodo. Cuando miramos hacia arriba, lo que vemos son hermosas estrellas y planetas. Solo depende de la forma en que miremos: ¿miramos hacia arriba o hacia abajo?

Traducido por Prajnabai Mariana Betancur