Hazrat Inayat : The Masters of our Destiny pt I (Spanish version)

Hazrat Inayat: El Maestro de nuestro destino pt I 

Con esta publicación empezamos una nueva serie de enseñanzas de Hazrat Inayat Khan sobre el rompecabezas del destino, y el rol de cada persona en dar forma al futuro. Fue un tema del cual habló más de una vez, y el “Inner Call” (Llamado interior) presentó otra publicación sobre el mismo tema aquí. 

Se dice en el Gayan: “El presente es el reflejo del pasado, y el futuro es el eco del presente”. El destino no es lo que ya está hecho. El destino es lo que estamos haciendo. Muy a menudo los fatalistas piensan que estamos en las manos del destino, dirigidos en cualquier dirección en la vida que el destino desea; pero, de hecho, nosotros somos maestros de nuestro destino, especialmente desde el momento en que nos damos cuenta de este hecho. Entre los hindúes, hay un dicho bien conocido que dice que la creación es el sueño de Brahma; en otras palabras, que toda la manifestación es el sueño del Creador. Me gustaría añadir a esto que el destino significa la materialización del pensamiento propio del hombre. El hombre es responsable de su éxito y su fracaso, de su acenso o su caída. Y es el hombre quien trae esto, ya sea consciente o inconscientemente.  

Hay una sugerencia de esto en la Biblia, en la oración principal enseñada por Cristo, en la cual se dice: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Es una sugerencia sicológica hacia la humanidad para hacer posible la voluntad de Dios, la cual se hace fácilmente en el cielo, pues también debe ser hecha en la tierra. Y el dicho que dice que el hombre propone y Dios dispone, apoya esto. Sugiere el otro lado de la misma verdad. Esto parece ser dos ideas contrarias, y aún así explican la misma teoría: que lo que concierne al destino es cambiado por el hombre, pero que el destino también cambia los planes del hombre.  

Mientras más estudiamos la vida, más entendemos que no solo cuentan las cualificaciones, el entusiasmo y la energía, sino también el diseño, el plan ya hecho. Y de acuerdo con ese plan, el hombre tiene que atravesar su destino. Sin duda, uno no debe usar esto para apoyar el argumento de algunos fatalistas que creen que pueden sentarse confortablemente y esperar a que lleguen mejores tiempos. Bien podrían esperar por el resto de sus vidas y no conseguir nada. 

La cuestión del destino puede ser explicada de mejor manera por la imagen de un artista meditando en cierto diseño que tiene en su mente. La primera etapa es crear el diseño en su mente. La segunda es traerlo al lienzo. Y cuando dibuja esta imagen en el lienzo, puede sugerirle algo que no había pensado en su mente. Y cuando el artista ha terminado su imagen, verá que es bastante diferente de lo que había pensado originalmente.  

Esto muestra que nuestra vida se presenta ante nosotros como una imagen. Cuando todo lo que ha sido diseñado con anticipación empieza a suceder, nuestra alma recibirá una sugerencia totalmente diferente de la imagen. Algo que faltaba pudo haber sido añadido, y en este sentido se mejora la imagen. Pues hay dos tipos de artista: el que pinta en el lienzo el plano que ha sido creado en su mente; y el otro que toma sugerencias de la misma imagen a medida que continúa pintando. La diferencia es que uno es meramente un artista, y el otro es un maestro. El segundo no está atado al plano. El primero ha diseñado algo y está atado a ese diseño, él es limitado. 

Continuará… 

Traducción: Yaqín Anda 

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