Hazrat Inayat: El Mensajero
Lo siguiente fue escrito en uno de los cuadernos personales de Hazrat Inayat Khan en 1922, y sólo ha sido publicado en la serie de Obras Completas, los llamados volúmenes marrones. Los devotos lo encontrarán muy conmovedor, ya que da una idea de las impresionantes exigencias que recaen sobre los hombros de un alma llamada a entregar el Mensaje.
Mensaje
Ser tan fino como para mantenerse afinado en ese tono alto que Él pueda en cualquier momento encontrar su instrumento listo para tocar y, al mismo tiempo, ser tan fuerte como el acero para soportar el constante desgaste y ruptura de esta vida terrenal. Es estar en el cielo y al mismo tiempo en la tierra, lo cual está más allá del poder de todo hombre, excepto de aquel con el poder sobrenatural que lleva el Mensaje desde lo alto y camina en esta tierra. Camina por el espinoso camino descalzo, por encima de las dudas, las sospechas, las críticas, las oposiciones, la traición, el engaño y todos los males que la naturaleza humana engendra.
Lucha contra todos los miedos, arriesga todos los peligros de la vida y, sin embargo, inamovible en su fe y con un valor inquebrantable, con los ojos cerrados y el corazón abierto, recorre distancias inimaginables, en la tierra, en el agua, a través del aire hacia el cielo.
Aquel que es visto por todos y sin embargo no es visto, conocido por todos y sin embargo desconocido, que vive en medio de todos y sin embargo está muy lejos, que habla con todos y sin embargo está perfectamente callado, que camina muy suave y humildemente sobre la tierra, tal es el ser del Mensajero. A los ojos de los hombres es un hombre y en el ser de Dios es Dios.
El más apegado y, sin embargo, desprendido, el más interesado y, sin embargo, indiferente, el más triste y, sin embargo, el más alegre, el más rico y, sin embargo, el más pobre, el camarada de los viejos y el amigo de los jóvenes, el Maestro de ambos mundos y, sin embargo, el servidor de todos. Él mismo una bella personalidad, y sin embargo un adorador de la belleza, Él mismo el cantor de la sabiduría celestial y sin embargo un gran amante de la canción, Él mismo un profeta, y sin embargo disfrutando de toda la poesía, el Mensajero nace de la belleza, vive en la belleza, difunde la belleza por todas partes y sin embargo a la misma debe renunciar.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.