Hazrat Inayat: El significado Místico de la Resurrección
¿Qué se quiere decir exactamente en la Biblia cuando se habla de resurrección?
La resurrección es ese momento tras la muerte en el que el alma se hace consciente de toda su experiencia. Ya que el alma está conectada a todo en el universo, la resurrección individual es una resurrección universal.
Ahora explicaré dos pasajes de la Biblia. En uno de ellos se dice: “Cristo ha resucitado de entre los muertos y ha ido al Padre, y se ha convertido en el primero de los frutos de aquellos que dormían, y todo aquel que en él cree, no morirá sino vivirá.” Los muertos son aquellos que no se han dado cuenta de su inmortalidad, de donde se levanta quien se ha dado cuenta de su inmortalidad. “Se ha ido al Padre” significa que se ha ido del ser personal, que fue creado para que su mensaje fuera entregado en la tierra, a la existencia ilimitada. “Se ha convertido en el primero de los frutos de aquellos que dormían” significa: se ha convertido en ejemplo para aquellos que duermen, para aquellos que no son conscientes de su ser divino.
“Todo aquel que en él cree” se ha interpretado como: quien cree en su limitado ser personal. Significa: quien tiene el conocimiento de Dios, de la inmortalidad, nunca morirá, y aquellos a quienes el mundo llama muertos, pero que tienen la creencia en Dios, que es conocimiento, no están muertos.
En otro pasaje dice, “Por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos.” Sólo el hombre entiende lo que es la muerte; las bestias y las aves sienten la inactividad, la ausencia, pero no se dan cuenta de lo que es la muerte.
He visto a un ave, cuando su pareja cayó muerta, por el disparo de un cazador, asentarse a su lado, sentirla con su pico y, al sentir la quietud y la falta de vida, antes de que el cazador pudiera acercarse, dejó caer su cabeza y su vida se extinguió. También he visto a un perro morir instantáneamente, cuando su compañero canino, con quien había pasado su vida, estuvo muerto. Aun así, los animales sólo sienten la inactividad, la ausencia del amigo. No se dan cuenta de la verdadera naturaleza de la muerte.
Únicamente el hombre ha entendido la verdadera naturaleza de la muerte en toda su extensión. Por eso, los sufíes en el Este a menudo construyen sus casas, sus cabañas en la selva o cerca de cementerios: para que al ver a los muertos puedan darse cuenta de que ahora es el momento de despertar, de conquistar a la muerte, de darse cuenta de su inmortalidad.
Y es nuevamente el hombre, como ser santo, que despierta al hombre al conocimiento de su inmortalidad.
Si la resurrección simplemente quisiera decir que Cristo se levantara de nuevo tras su muerte, sería una historia de creer o no creer. Si se tomara como una creencia, ¿cuánto duraría? La lección es mucho mayor que eso. Significa la resurrección de esta vida mortal a la inmortalidad.
Cristo dijo, “Los hijos de este mundo se casan y son entregados en matrimonio, pero aquellos que se considera dignos de obtener la resurrección de entre los muertos no se casan ni son entregados en matrimonio, tampoco pueden ya morir; son los hijos de la resurrección. Siendo los hijos de Dios.” Aquellos que se han elevado a ese Único Ser Inmortal en el que no hay distinción de esposo y esposa, hermano o hermana, padre, madre, o hijo – ellos son los hijos de la resurrección.
La historia dice que cuando María Magdalena y la otra María fueron a la tumba en la que se había colocado a Cristo, encontraron la piedra que estaba delante de la tumba movida y al mirar dentro vieron las vestiduras [i.e. la ropa de sepultura o mortaja –ed.] que yacían ahí, el turbante por aparte.
Pero el cuerpo de Cristo no estaba ahí. La piedra es la misma piedra de la que se habla en la mitología Hindú. Krishna es llamado Girdhar, aquel que sostiene la piedra, el que la levanta. Bajo esta piedra, la piedra del ser externo, toda alma individual en el mundo es suprimida. Cuando se la levanta, entonces el hombre se levanta a la inmortalidad. ¿Desde dónde se levanta? Se levanta del cuerpo y por encima de la mente. Las vestiduras y el turbante que yacen por separado, simbolizando el cuerpo y la mente, muestran esto.
Grandes poetas, grandes músicos, grandes escritores a menudo se elevan por encima del cuerpo. No saben en dónde están sentados o parados, están perdidos en su imaginación, inconscientes de la existencia física, pero no se elevan por encima de la mente. Cuando la consciencia se eleva por encima de la mente, por encima de los pensamientos, entonces es libre, está activa en su propio elemento, entonces esta consciencia puede darse a sí misma a la mente.
Elevarse a esa consciencia en la que no existe distinción es el más alto grado de resurrección. Hay otros grados, así como en el elevador no podemos llegar al séptimo piso sin pasar por el segundo, el tercero, cuarto y todos los otros pisos.
Existe la resurrección en la que hay la contraparte exacta del cuerpo físico que camina, se sienta, y puede hacer todo lo que el cuerpo físico es capaz de hacer. Esta es llamada por los sufíes alam-e-mithal. Hay místicos que han llegado a dominar esto completamente al punto de poder actuar independientemente del cuerpo físico; la muerte no es nada para ellos pues se han mantenido vivos tras la muerte. Esto se logra por amal [una práctica meditativa – ed.]. Alguien que estudiaba esto me escribió el otro día, “He perdido todo miedo a la muerte, porque la muerte me ha atado un turbante.”* No existe la muerte cuando esto se domina.
Si un poeta está escribiendo su poesía y su esposa, su sirviente, cientos de personas pasan por delante suyo, no las ve, no sabe si alguien ha estado ahí. Si un poco de amor por la poesía puede lograr esto, ¡cuánto más puede el amor, la absorción en la vida interior, atraer la conciencia interior!
Está escrito en el Evangelio que Cristo, tras su resurrección, fue visto por los discípulos múltiples veces. Es la experiencia de toda persona que ha practicado la concentración, que ha meditado, que observa aquello que ha sostenido en su consciencia no solo interna sino externamente delante de sí. Esta es la primera vivencia que todo místico tiene. Los discípulos estaban perdidos, absortos en el pensamiento de Cristo – ¿Cómo no iban a verlo?
Las palabras de Cristo son, “Tocadme, y mirad que soy yo mismo, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo”. Y les dijo, “Hijos, ¿tenéis aquí algo de comer? Y le dieron un trozo de pescado asado, y lo tomó y comió enfrente a ellos. La palabra espíritu se utiliza con muchos diferentes significados. Se utiliza para fantasma, o para el alma, pero en realidad significa la esencia que es el polo opuesto a la sustancia.
Todo lo que el ojo ha visto resucita a la vista. Si alguien menciona a cierta persona – a pesar de que hayas olvidado completamente a la persona – se levanta a tu mirada: en aquella casa, en aquel lugar donde lo has visto. No es en este ojo físico, pero en aquel ojo que está más allá. Los materialistas pueden decir, “Está todo en el cerebro.” ¡Cómo podría el cerebro contener tantos miles y millones de cosas y seres!
Por supuesto, sin entrenamiento una persona no observa el espíritu, pero diré que en los sueños se miran a ustedes mismos, se experimentan a ustedes, en diferentes entornos, en la compañía de diferentes personas. Si dices, “Es un sueño”, responderé: ¿Cuándo lo llamas un sueño? Lo llamas un sueño cuando despiertas. Cuando observas el contraste con tu entorno en la condición de vigilia, entonces dices, “Fue un sueño. Si no, hubiera permanecido conmigo, pero todo es diferente.” Pero si, mientras duermes, alguien viene a ti y dice, “es un sueño”, nunca lo creerías.
La resurrección es la elevación a la verdadera vida, a ese verdadero Amigo el único en quien podemos apoyarnos —en todas las otras cosas y seres en los que creemos que podemos apoyarnos, no podemos confiar— a aquel Amigo que por sí solo siempre permanece, que ha estado siempre con nosotros y estará siempre con nosotros.
*En el Este, atar un turbante a alguien es un signo de reconocimiento y respeto.
Traducción al español Darafshan Daniela Anda