Hazrat Inayat : La Filosofía de la Forma pt II
Hazrat Inayat Khan continúa desplegando la filosofía que puede descubrirse en el mundo de la manifestación. La primera entrega de la serie está aquí.
A la vista de algunas personas los pétalos de una flor, incluso las venas de la hoja se muestran claramente, mientras que para aquellos de vista débil incluso distinguir una flor o discriminar una hoja de la otra es difícil, y según la vista de cada individuo el objeto es visto y reconocido de manera diferente. La potencia normal de la luz da una visión equilibrada de las cosas, una luz muy deslumbrante quita la belleza de algunos objetos mientras realza la de otros. Lo mismo ocurre con la penumbra.
Además, bajo la influencia de la luz y la sombra, la visión se manifiesta cada vez de forma diferente. Si una persona se para frente a diez espejos y se le toma una fotografía en cada uno de ellos, cada una será diferente de la otra. Asimismo, si una persona posa para una fotografía cien veces al día en la misma pose, se obtendrán cien fotografías, aunque de la misma pose, pero diferirán entre sí debido a la diferencia de luz y sombra.
Cada sustancia puede considerarse como la agrupación de los átomos semejantes, porque lo semejante atrae a lo semejante. El poder de afinidad de la naturaleza acerca cada átomo a su semejante, por muy alejados que estén. El único propósito de cada átomo es acercarse y unirse a su propio elemento. Esto puede observarse en el bosque y en el desierto; en el primero, donde hay un árbol con el tiempo crecen muchos otros, y en el segundo, donde no hay ninguno, quizá nunca los haya. Lo mismo ocurre con los diferentes minerales: el oro se encuentra con el oro y el carbón con el carbón, todos agrupados, atraídos por su afinidad por edades. Los átomos de una sustancia, siendo en su forma más fina una vibración, les aplica esta ley. El poder de la afinidad agrupa las vibraciones de manera similar, lo cual es sentido y percibido por la mente, en lo que podemos llamar pensamiento o sentimiento. Aunque el pensamiento tiene tales vibraciones que están en camino de transformarse en átomos, cada formación de este tipo, ya sea de espíritu o de sustancia, naturalmente toma una forma ya sea fina o gruesa, uniforme o desigual.
La influencia de cada elemento tiene una tendencia a ayudar a tomar una forma particular, debido a la naturaleza peculiar de su manifestación y la dirección que toman. El elemento tierra se extiende y toma un curso rectilíneo, mientras que el agua tiene tendencia a fluir hacia abajo. El fuego se eleva hacia arriba, mientras que el aire se mueve en zigzag; el éter se difumina. Todos estos elementos adoptan formas diferentes según su naturaleza y dirección, y todas las formas del universo muestran al ojo del vidente uno o más elementos en su formación. Esto es lo que ha guiado a los antiguos descubridores de las propiedades curativas de las hierbas y los medicamentos.
Si miramos al cielo y vemos las imágenes formadas naturalmente por las nubes flotando y agrupándose de manera diferente, podemos comprender fácilmente la naturaleza de la forma, viendo cómo un elefante formado en las nubes se convierte de repente en un caballo, y cómo de un caballo pasa a la forma de un camello o de algún ser humano, o a la forma de un pájaro o una bestia. No es más que la agrupación y la dispersión de los átomos de las nubes, y la proporción de luz o sombra lo que incide sobre ellos y ayuda a distinguir las formas.
Este hecho puede verse también observando el fuego, que cada grupo de cenizas que rodea al carbón encendido produce una sombra, y así la combinación de luz y sombra hace de ella una forma o imagen de lo que sea, y en cada momento la caída de las cenizas y su aumento producen -ambas- diversas formas en la luz.
Continuará …
Traducido por Inam Anda