Hazrat Inayat : El Poder de la Palabra pt VII
Hazrat Inayat Khan habla ahora acerca de la larga tradición en muchas religiones de repetir palabras y escrituras. La publicación anterior está aquí.
La idea del poder de la palabra es tan antigua como los Vedas de los hindúes. El mundo moderno está ahora despertando a ella a través de lo que se llama psicología, y puesto que hay un interés en la psicología existe la posibilidad de explorar ese antiguo tesoro que los buscadores de la verdad han desarrollado durante miles de años en Oriente.
El hombre de hoy considera la psicología como una cuestión secundaria y como algo que puede ayudar a la ciencia médica. Pero llegará un día en que la humanidad de este mundo moderno considerará la ciencia de la psicología de la misma manera que la han considerado los pueblos de Oriente: como el tema principal en la religión y el desarrollo espiritual.
En cuanto al poder de la palabra, una nueva idea ha estado llegando de varios lugares bajo diferentes nombres, y es que la repetición de cierta palabra o frase es de gran utilidad para curarse de ciertas enfermedades. Hoy en día, la psicología occidental lo está descubriendo. Pero ¿qué decir de los budistas que, durante tantos siglos, han repetido los diferentes mantras, sentados en sus templos, repitiéndolos dos mil, tres mil veces al día? ¿Y qué decir de los hindúes, que han conservado sus antiguos mantras y cánticos sagrados? Aunque la lengua se haya extinguido, han conservado estos antiguos cantos hasta hoy. ¿Y qué decir de los judíos, que aún conservan los cantos sagrados que heredaron de los profetas de Beni Israel? ¿Y qué decir de los musulmanes, que durante siglos han repetido el Corán a diario durante tantas horas, y que aún hoy siguen repitiendo los versículos del mismo libro? ¡Y piensa qué secreto hay detrás de las repeticiones de los sacerdotes y místicos católicos!
Los zoroastrianos, los parsis, cuya religión data quizá de hace ocho mil años, han mantenido hasta hoy sus palabras sagradas, y cantan sus oraciones varias veces al día, repitiendo cada día las mismas palabras. Pero el hombre moderno, que hoy lee un periódico, ¡lo tira y mañana pedirá otro!
No cabe duda de que tiene un gran valor el hecho de que millones de personas se hayan aferrado a esos mantras, repitiéndolos día tras día quizá durante toda su vida y sin cansarse nunca de hacerlo. Si fuera, como a veces se le llama, un fanatismo religioso, entonces nadie podría continuar con esas repeticiones, como ninguna intoxicación puede continuar más tiempo del que dura su influencia; entonces se va y la persona se desilusiona.
Continuará …
Traducido por Inam Anda