Hazrat Inayat : The Power of the Word pt VIII (Spanish version)

Hazrat Inayat: El Poder de la Palabra pt VIII   

Hazrat Inayat Khan explica ahora que la repetición mecánica de una palabra no es suficiente; debe ser apoyada por la reflexión o el poder de la mente detrás de la palabra. La publicación anterior está aquí.   

Esto demuestra que detrás de la repetición de palabras se esconde un secreto, y el día en que el hombre lo haya desentrañado habrá descubierto un gran secreto de la vida. Una forma de entender este misterio es tener en cuenta que, al igual que se necesita un reflector detrás de la luz para dirigirla plenamente, también se necesita un reflector para la voz, como todo profesor de voz sabe. El profesor de voz siempre dará ejercicios a su alumno para repetir y repetir, con el fin de lograr este reflector en las condiciones adecuadas, de modo que todas las posibilidades de producir una voz plena pueden ser llevadas a cabo.   

Este es el aspecto material de la cuestión, pero también está el psicológico. Y es que no sólo los órganos del cuerpo físico tienen esta cualidad de reflejar, sino que la mente, o lo que llamamos sentimiento, también puede ser un reflector. Rara vez exploramos esta posibilidad; la cortamos cada vez que nos enfrentamos a ella. Por ejemplo, cuando una persona dice una mentira es natural que nos parezca mala y no podemos creerle fácilmente. Por muy fuerte que sea su voz, por mucho que enfatice su mentira, como es mentira, nos parece mala Porque psicológicamente, el poder de la mente debe actuar como un reflector, pero en estas circunstancias no actúa como esta persona desea, porque su mente no está realmente detrás de ello.  

Tomemos también una frase corriente como «gracias» o «te estoy muy agradecido». Si durante el día, diez personas te la dicen, cada una de ellas tendrá un poder diferente de transmitirla, porque si el reflector no está dando poder desde atrás, una persona puede decir mil veces «te estoy muy agradecido», pero no hará ningún efecto.   

Hay otra manera de ver la misma cuestión: una persona puede decirte algo, y tú lo crees fácilmente, y otra persona puede decirte lo mismo cincuenta veces, y tú no te sientes inclinado a creerlo. ¿Qué demuestra esto? Demuestra que debemos prepararnos antes de decir algo. No es siempre lo que decimos, sino cómo lo sentimos, cómo lo expresamos, y qué poder se esconde detrás de nuestra expresión, qué poder la empuja hacia fuera, para que la palabra atraviese el corazón del hombre.   

Continuará…   

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui  

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