Harzat Inayat: El problema de hoy pt. VIII
Habiendo hablado sobre el fundamento de la moralidad, que de hecho es la búsqueda de la verdadera felicidad, Hazrat Inayat Khan considera ahora el tema relacionado de la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto.
Por regla general, todo lo que está orientado por el amor es correcto. Y todo lo que está dirigido por el odio con mucha frecuencia es incorrecto. De hecho, actualmente, cuando el efecto de la guerra se impone por todo el mundo, si este principio fuera enseñado y seguido, se superarían muchas dificultades. Pero el odio que existe hoy entre naciones, especialmente en Europa, en el golpeado corazón de Europa, si continúa, en una centuria debilitará a Europa hasta una condición inimaginable. ¡Y cuántas personas hay actualmente -millones- que tal vez crean esto [es decir, que lo que es orientado por el amor es correcto y lo que es dirigido por el odio es incorrecto] como un principio, pero que todavía no están listas para seguirlo porque no quieren!
¿Y qué muestra esto? Muestra que aquella naturaleza [esto es, la de alguien lleno de odio] se ha convertido en la naturaleza de tantas almas, como la bebida se vuelve la naturaleza del alcohólico al punto que, en pocos años, aún sabiendo que esta acaba con su salud, sin embargo, no puede arreglárselas sin beber. Así mismo sucede con este sentimiento de odio. ¿Cuando uno realiza un acto patriótico dirigido por este sentimiento de odio es meritorio? Incluso un acto de devoción no puede ser valioso si está dirigido por el odio (por ejemplo, orar por la destrucción de alguien). Ese es el estado de hoy.
La distinción entre lo correcto y lo incorrecto también puede verse al comprender el secreto de la metafísica, que toda actividad tiene su tiempo y lugar, que espera que ocurra la expresión de aquella actividad. Por lo tanto, es correcto todo cuanto uno haga que se ajuste al tiempo, a las circunstancias, a lo que pide el momento. Y lo que no se acomode es incorrecto y debe evitarse. Cuando una carcajada, por ejemplo, se ajusta al momento, o cuando el momento le da un ámbito a la sonrisa. Hay otro momento en que la misma acción, la carcajada o la sonrisa, no tienen cabida -la ocasión no las demanda. Parece que en esta vida exterior a veces es bien recibida una palabra, y la misma palabra en otro momento no es bienvenida. Quien intensamente mira a la vida comprende el tiempo y la situación, y de acuerdo a ello piensa, habla y actúa. La vida es una escuela para cada actividad, y cuando esa actividad tiene cabida, su lugar se vuelve como un mundo o como una capacidad, donde cada actividad es correctamente utilizada. Y cada actividad hecha con esta comprensión resulta correcta; si no, es incorrecta.
Hubo un tiempo de guerra, cuando toda actividad se encaminaba a la guerra. Ahora se hizo la paz y, sin embargo, hay muchos, una parte tan grande de la humanidad, en miseria total. Muy pocos en este mundo saben este hecho completamente, y son aún menos los que trabajan para aliviar el sufrimiento humano. La única manera en que pueden darse mejores condiciones sería olvidar ese odio que existió durante la guerra. Tiene que caducar con el fin de la guerra. Un nuevo sentimiento tiene que producirse ahora entre los individuos en el corazón de la humanidad. Solo eso puede traer la paz ideal.
Esto puede llegar mediante la realización de la moral traída por el Mensaje Sufí: que toda la humanidad es como un solo cuerpo. Las diferentes partes, bajo el nombre de razas y religiones, son como órganos, y el dolor causado a un órgano del cuerpo tiene su influencia, tarde o temprano, sobre todo el cuerpo. Cada individuo en este mundo, cada comunidad y nación, están unidos en este universo. Ningún ser es arrastrado solo sin que todas las almas hayan tenido una parte en este arrastre. No hay alma en este mundo que sea presionada sin que algún otro individuo sea presionado de una u otra forma. Todo el universo es uno, su fuente es una, su finalidad es una. Este mundo de variedad engaña, de tal forma que ha cubierto nuestros ojos de la realidad como en un estado de oscura noche. Este mundo no siempre permanecerá. Vendrá un momento en el que cada individuo se dé cuenta, cuando la multitud, el mundo entero se dé cuenta, y mientras más pronto, mejor.
La difusión de esta idea por el mundo, que es el principal trabajo del Movimiento Sufí, es para hacer a la humanidad consciente de su unicidad y de su ser completo, de su participación en la alegría y el dolor de los demás. Este es el tema central del Mensaje Sufí.
El único principio que da el Mensaje Sufí y que pide a cada uno que lo viva, es que cada quien trabaje y viva por los demás.
Continuará…
Traducción de
Vadan Juan Camilo Betancur Gómez