Hazrat Inayat : The Soul, Whence and Whither pt XXVII (Spanish version)

Hazrat Inayat: El Alma, ¿De Dónde y Hacia Dónde? Parte XXVII 

Habiendo discutido la manera en que el cuerpo sirve al alma, Hazrat Inayat Khan comienza ahora a explicar algo acerca de la mente. 

La mente está hecha después del cuerpo. Por lo tanto, su forma es la del cuerpo. Leemos en el Antiguo Testamento que los cielos fueron hechos después de la tierra; el verdadero lugar donde se hacen los cielos está dentro del hombre. La mente está hecha de todo lo que uno aprende, experimenta, ama y recuerda. Por lo tanto, el hombre es lo que contiene su mente. Si su mente contiene una pena, el hombre está triste; si su mente contiene alegría, él está alegre, si contiene éxito, él es exitoso; si contiene fracaso, el fracaso le espera, dondequiera que se mueva encuentra fracaso. La mente es un espacio en el que el hombre recoge todo lo que aprende y experimenta en la vida. En resumen, el hombre es su mente. Cuán cierta es la afirmación de los derviches cuando, sentados en el suelo desnudo y envueltos en harapos, se dirigen unos a otros: “¡Oh Rey de Reyes, oh Monarca de Monarcas!”. Esa es su forma habitual de dirigirse los unos a los otros. Su voz es la de la verdadera democracia, pues esta reivindicación suya es la expresión de que son conscientes del Reino de Dios. La mente no sólo es la casa del tesoro de todo lo que uno aprende, sino que es creativa por naturaleza. La mente improvisa sobre lo que aprende, y crea no sólo en la imaginación, sino que termina su tarea cuando la imaginación se materializa. Tanto los cielos como las regiones infernales son creaciones de la mente y se experimentan en la mente. 

Pero surge la pregunta: ¿no nace el cuerpo con una mente? ¿No existía la mente antes que el cuerpo? Sí, existía; existía como akasha o capacidad. ¿Se formó esta capacidad según algún modelo o diseño especial? El primer diseño de este akasha se moldea sobre la impresión que cae profundamente sobre el alma, el alma que viene hacia la manifestación desde el Espíritu infinito. Si imaginamos al Espíritu infinito como el sol, el alma es como su rayo. La naturaleza del alma es reunir en su camino todo lo que puede reunir, y hacer de ello un molde. 

Es esta impresión la que ha contribuido a formar el primer molde de la mente. Manifiesta su naturaleza y carácter originales a través del cuerpo con el que está conectada e identificada. La impresión de la naturaleza y el carácter de los padres, de los antepasados, de la nación y la raza, sigue después de la primera impresión que el alma ha tomado en su camino. Si ocurre que es la impresión de una personalidad la que cae sobre la mente que va hacia la manifestación, las características distintivas de cierta personalidad que ha vivido en el pasado se mostrarán claramente en la vida de esa persona. En esto puede reconocerse el secreto de la doctrina de la reencarnación, que sostienen los hindúes. Hay almas que vienen de la existencia Infinita a la finita, y hay almas que vuelven de la existencia finita a la Infinita, y su punto de encuentro está en el camino. Puede ser una impresión o pueden ser varias impresiones las que ayudan a moldear este akasha, que, una vez conectado con el cuerpo, se convierte en la mente; porque la mente no está completa hasta que se llena con el conocimiento y la experiencia que el alma adquiere con la ayuda del cuerpo físico. 

La mente no es el cerebro. La mente es una capacidad, un akasha, que contiene todas las experiencias que tenemos en la vida, todas las impresiones que obtenemos a través de nuestros cinco sentidos. Está no sólo dentro del cuerpo, sino también a su alrededor. Pero los centros de percepción reflejan cada pensamiento y sentimiento, y entonces el hombre siente que la mente está dentro de él. En realidad, el cuerpo está dentro de la mente, y la mente dentro del cuerpo. Así como el ojo ve un objeto delante de él y lo refleja, los centros de percepción reflejan cada pensamiento y sentimiento. Por ejemplo, el hombre siente la sensación de alegría y depresión en el centro llamado plexo solar; sin embargo, esto no significa que la alegría o la depresión estén allí, sino que este centro es sensible a tales experiencias. 

La mente, por conveniencia, puede llamarse una sustancia, pero una sustancia muy diferente de la materia física en su naturaleza y carácter. Hay objetos que dan más resonancia al sonido, y hay otros objetos que responden menos al sonido. Hay objetos sonoros, como metales de diferentes tipos que reproducen el sonido con claridad, y luego hay piedras y madera maciza que no responden al sonido. Tal es la diferencia entre la mente y el cuerpo. 

Continuará… 

Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J. 

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