Hazrat Inayat: El Espíritu de Cristo pt III   

Con esta publicación, Hazrat Inayat Khan concluye sus enseñanzas sobre el Espíritu de Guía que ha venido en muchas formas para ayudar a la humanidad a través de la oscuridad. La publicación anterior se encuentra aquí.   

Si Cristo existía antes de que fuera conocido como Cristo, ¿qué era él? Y si Cristo existe después de haber sido conocido como Cristo, ¿qué será él? Somos demasiado limitados como seres humanos para determinarlo; intentarlo no sería más que una locura. Pero, al mismo tiempo, ¿no hemos conocido inspiradores de la humanidad antes de Jesús? ¿No han habido profetas como Moisés y Abraham y Zaratushtra, inspiradores como Krishna y Buda, cuya influencia se ha sentido en todo el mundo? ¿Qué eran ellos? Si la verdad es una, si la sabiduría es una, si la personalidad humana es una, si Dios es uno, ¿entonces qué son sino el mismo espíritu?Quienes los vieron los han llamado Buda o Krishna; pero todos eran uno y el mismo, la misma lámpara, la misma luz aunque en globos diferentes.  

Cuando se han ido, la luz viene en otra forma para iluminar a la humanidad. ¿Acaso no actúa esa luz en nuestra vida cotidiana? En nuestra más profunda angustia, en nuestra mayor confusión, un amigo, un pariente o un maestro viene y nos dice algo que ni él mismo sabe que es el mensaje de la sabiduría. Y a veces llega de una manera tan extraña; tal vez en forma de cambio, y no entendemos de dónde viene, de modo que ni siquiera nos lo creemos. Pero, al mismo tiempo, la guía interior llega justo en el momento en que la necesitamos. Viene tal vez de un niño inocente, la palabra que es el mensaje de Dios. Porque la luz está oculta.  

Los que dicen que después de Jesucristo no han vuelto a ver la luz encendida, limitan a Cristo. Aquellos que ven el espíritu de Cristo en todos los diversos globos que son la luz, ellos son los que realmente ven a Cristo.   

Cristo se identificó con el Espíritu de Guía en vez de con la personalidad, que era conocida como Jesús. Y las personas han limitado esa sabiduría divina, ese Espíritu de Guía, a la personalidad, que vino como Jesús. Y olvidaron que él mismo dijo: «Yo soy Alfa y Omega», lo que significa todos los profetas y videntes que vinieron antes que Jesús, ya fuera Abraham o Zaratustra o Buda o Krishna. Se identificaba con ellos. Por eso dijo que no había venido a dar una nueva ley, sino a cumplir la ley, con lo que también indicaba que la guía continuaría después. En realidad era una declaración de aquella identidad en la que Jesús vivía, pero no aquella en la que la gente le reconocía.   

Jesucristo también dijo a unos: “Yo vendré”, y a otros: “Vendrá el hijo del hombre”. Era una respuesta a dos mentalidades: a las almas que podían reconocer su identidad les dijo: “Yo vendré”, y a las que no podían darse cuenta de su verdadera identidad, decía: “Vendrá otro; cuando se pierda la sabiduría, vendrá Cristo”. El verdadero significado de esto es: “Vendré bajo otra forma, que es la misma mía”. Se trata de un acertijo de palabras sólo para aquellos que quieren hacerse un acertijo a sí mismos. Para los que desean salir del laberinto es fácil y sencillo. Pero a la naturaleza humana le gustan las complejidades y prefiere hacer la verdad lo más difícil posible.  

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui