Hazrat Inayat: El Punto de Vista del Sufi Preguntas y respuestas

Una conferencia de Hazrat Inayat Khan sobre el punto de vista sufi fue publicada aquí recientemente. Después de la conferencia, hubo un intercambio de preguntas y respuestas, algunas de las cuales se dan a continuación.

P .: Si alguien pregunta  ¿ qué enseñanza concreta tiene el Sufí para ofrecer?
R .: Debes decir que el Sufí no tiene una enseñanza concreta que ofrecer. Es la esencia de toda enseñanza.

P .: Dijiste, no debemos defender al malhechor. ¿ Si no sabemos, si dudamos ?
R .: Si tenemos una duda de que es un malhechor, lo mejor es no defenderlo. ¿Por qué defender? Podemos ser tomados como alguien que promueve el mal. A veces creemos que es incorrecto lo que una persona ha hecho, y debido a nuestra bondad lo estamos defendiendo. Es como defender algo que creemos que no está bien.

P .: ¿Podríamos defender a la persona sin defender su acción?
R .: Es muy difícil dividir a la persona de su acción. Es muy difícil. Sin embargo, si separas a la persona de su acción y la defiendes, podrías.

P .: Tenemos un dicho: “Ama al pecador, pero no a su pecado”.
R .: Eso es muy bueno, muy sabio.

P .: Murshid, ¿cuál es la manera más sabia de tratar a alguien que ha seguido un curso de acción incorrecto. Sin embargo, sabemos que ellos pensaban que estaban haciendo lo correcto. Y no queremos ser hostiles con ellos. Y sin embargo, como tú dices, si les prestamos una atención especial, la gente pensará que estamos defendiendo su acción; Y si no parecemos mansos y cristianos, ellos nos darán la espalda y dirán que los estamos condenando.
r.: Sí, si estás en esa posición, está bien estar en silencio. El silencio es una gran protección.

P.: ¿Así que aconsejas evitar personas así?
R .: Sí

P.: ¿Cómo podemos ayudar a estas personas que están en el camino equivocado?
R .: Es una pregunta muy difícil. No siempre puedes ayudarlos.A veces el tiempo les ayuda. A veces su propio mal les ayuda. Ahora les contaré una pequeña historia de un hombre en la mezquita. Había una persona buena, una persona muy devota que estaba orando en la mezquita. Y vino un muchacho travieso, y entró en la mezquita. Vio a esa persona dedicada en sus oraciones, así que vino y le dio una bofetada o un golpe en su espalda, y huyó. Por supuesto que al estar en la oración, se les pide que no abandonen la oración. Por lo tanto, ese devoto continuó su oración. Y este chico huyó. Pero cuando este hombre salió, vio a este muchacho de pie y riendo. Así que puso su mano en su bolsillo y le dio un penique. El chico estaba muy contento. La siguiente vez un soldado estaba haciendo su oración. La mente del soldado estaba mitad en su oración y mitad en su entrenamiento. Cuando el muchacho se acercó y le dio una bofetada, el soldado fue consciente de ello, y tan pronto como recibió la bofetada estaba listo para responder, y le dio un golpe y lo tiró hacia abajo. A partir de eso, el muchacho aprendió a no volver a hacerlo. Un golpe fue suficiente para que él terminara. Ambos hicieron algo hacia su mejoramiento. El primero le dejó aprender de su propio vicio, su propia debilidad. El segundo completó esa enseñanza. Por lo tanto, no somos los únicos responsables de llevar a cabo la lección. Dejemos que otro venga y la complete. La vida enseñará de todas formas. ¿Por qué debemos asumir la responsabilidad de la enseñanza?

P .: Cristo nos enseña a corregir nuestras propias faltas y errores. ¿No sería bueno, un buen plan, tratar de extender el propio yo hacia el otro, sintiendo realmente dónde está la otra persona, y trabajando desde ese lugar, si sentimos lo que él debiera hacer, influenciarlo de una manera especial?
R .: Sí, pero esa es la obra de un Maestro. Cuando una persona llega a la etapa de la maestría, entonces puede hacerlo. Pero cuando llegamos a una idea sufí general, que todo sufí debe tener, si ese sufí puede tener este punto de vista que he explicado, eso comienza la vida sufí.

 

Traducido al español por Arifa Margarita Jáuregui