Hazrat Inayat: Cosas para recordar

Lo que sigue lo dijo Hazrat Inayat Khan a un pequeño grupo de mureeds en 1926, poco antes del final de la Escuela de verano en Sureness, Francia. Los mureeds, por supuesto, se preparaban para ir a casa, pero no todos sabían que Hazrat Inayat también se iría en pocos días a la India, un viaje del cual él mismo dudaba que volvería. Cuando el mureed noruego Shamcher Beorse se despidió ese año dijo, “¡Nos vemos el próximo año en la escuela de verano, Murshid!” a lo que Hazrat Inayat respondió, “De ahora en adelante, Shamcher, me encontrarás en tu intuición”. Entender esas palabras como sus instrucciones de despedida les da un peso y sentimiento especiales.

Ahora quisiera decir algunas cosas que deben recordar cuando se hayan ido de aquí.

Nunca es posible decirles en palabras cuanta devoción pueden tener por su Murshid y cuanta no pueden tener. Tampoco es posible decir en palabras cuanta fe pueden tener en Murshid y cuanta no pueden tener. Y también es imposible decir en palabras lo que deben pensar de Murshid y lo que no deben pensar. Solamente que, si no las miden con un metro y no las pesan en la balanza, tanto mejor será.

Dejaré a todos los mureeds y trabajadores su propia idea acerca de la enseñanza. Si hay algo que he enseñado que no esté de acuerdo con ustedes, deben tenerme paciencia. Puede ser que un día comprendan. Y si hay algo que ustedes hubiesen valorado y comprendido, deben saber que les pertenecía, que era suyo. Y cuando se dé la ocasión de defender la Causa, el Mensaje, al Murshid, recuerda solamente que no hace falta decir o pensar o sentir lo que tu naturalmente no piensas o sientes por Murshid. No debes considerar que estás obligado a pensar que Murshid es así y así, y a sentir que Murshid es así y así, y a mantener a Murshid a cierta altura. Si consideras a tu Murshid tu amigo, tu compañero, tu consejero, es totalmente suficiente. Sólo recuerda, la mejor manera de respetar al Murshid y mantenerlo en tu simpatía y devoción es no comparar a Murshid con nadie. Cualquier cosa que pienses de él, buena o mala, elevada o baja, no importa, pero, la comparación no es necesaria.

Y ahora la pregunta: que vas a contar a la gente acerca de esto, como presentarás al Murshid a la gente, como le dirás el mensaje a las personas, como hablarás de las enseñanzas. Te lo dejo absolutamente a ti. Al mismo tiempo sugiero: no digas nada acerca del Murshid, el Mensaje o la enseñanza que antagonice con la gente. Si, en lugar de venir, huyen de tu charla, puedes mejor no decir nada. Por otra parte, a veces, si le dices a una persona en palabras, se aterra de tener interés. Si le dices a una persona cuya vanidad será herida, cuyo orgullo reventará y cuyas ideas se destrozarán, debes ir muy delicadamente con esa persona, sigilosamente. Si piensas que una persona está en contra no debes apurarte para ponerla “a favor” porque debes saber que es difícil poner a una persona “a favor” y que es lo más fácil ponerla “en contra”; ve despacio. Llegará el momento en el que la persona se interese más. A veces tu reserva ganará más a la persona que tus palabras. Y la manera delicada de aproximarte le atraerá más hacia ti que si le dices algo apresuradamente, porque la atropellas. Uno puede chocar contra la persona y hacerla caer sólo por el apuro. Es exactamente la misma imagen de aquellos que están apurados por ganar una persona para nosotros.

Y la última cosa: considerarás a tu Maestro contigo cuando te hayas ido. Murshid va aún más contigo, por la misma razón de que estás lejos. Y por ello, no tienes razón para pensar que estás separado o alejado de Murshid. Debes sentirte confiado, justamente porque estás lejos y el espacio nos divide, de que Murshid está tanto más cerca.

Tr. Baasit Patricio Carrillo