Hazrat Inayat: la reconstrucción del mundo (pt. II)
En la primera parte de su lección sobre la reconstrucción del mundo, Hazrat Inayat Khan consideró la necesidad de una solución financiera y la reforma de la educación. Ahora habla de la necesidad de “recomponerse” que tiene el mundo para conseguir la curación que necesita.
Cuando consideramos el problema de las naciones quedamos aún más perplejos. La enemistad, el odio y el prejuicio que existe entre una nación y otra, así como el antagonismo y el completo egoísmo que son el tema central de las relaciones y vínculos entre naciones, muestran que el mundo está yendo de mal a peor, y la agitación parece prevalecer por todas partes. No parece haber confianza, ni compasión, entre las naciones, excepto por su propio interés. ¿Y cuál es el resultado de ello? Su impresión cae como un reflejo, como una sombra, sobre los individuos, volcándolos también hacia el egoísmo y el propio interés.
Se esperaba que la religión fuera lo más seguro, el único refugio en el mundo, pero en el momento presente, con el creciente materialismo y el apabullante comercialismo, la religión parece estar desvaneciéndose. Una callada indiferencia hacia la religión parece ir aumentando, especialmente en los países líderes de la civilización; y siendo así, ¿dónde puede el ser humano encontrar la solución al problema de la época?
Podemos considerar la cuestión desde un punto de vista filosófico. ¿Qué es la construcción y qué es la reconstrucción? Una construcción es aquello que está ya hecho. Un bebé recién nacido es una construcción. Pero luego de un trastorno (¿una enfermedad?) en el cuerpo o en la mente, viene la necesidad de una reconstrucción. En inglés hay una expresión: “recomponerse” (to pull oneself together). El mundo hoy necesita reconstrucción, el mundo tiene que recomponerse. La educación, la política, la condición social y financiera, la religión, todas esas cosas que hacen de la civilización, parecen haberse diseminado y, para que puedan juntarse de nuevo, tiene que estudiarse el secreto de la vida. ¿Cuál es el secreto del poder de sanación? Es el de hacerse a sí mismo lo suficientemente fuerte como para recomponerse; ese es el secreto de la vida del místico. El mundo ha perdido su salud, y si uno se imagina el mundo como un individuo, uno puede ver lo que significa perder la propia salud. Tal como la enfermedad en la vida de un individuo, y para cada enfermedad hay un remedio, así también para cada desastre hay una reconstrucción.
Pero la gente tiene ideas diferentes. Está el pesimista que dice: “si el mundo ha llegado a tal estado de destrucción, ¿quién puede ayudarlo? ¿cómo puede ser ayudado?”. Este es como la persona que dice: “bueno, he enfermado tanto, he sufrido tanto, que ya no me importa. ¿Cómo puedo estar bien ahora? Es demasiado tarde”. De este modo, la persona se aferra a su enfermedad y la aprecia, aunque no le guste. Y luego está la persona curiosa, que está muy ansiosa por ver en el periódico si sus inversiones han subido o bajado, y por ver si hay probabilidad de guerra, e inquietará sobre ello a sus amigos. Hay otra persona que dice: “tienen que formarse comités, tienen que haber sociedades y ligas; deben celebrarse congresos, y muchas más reuniones, muchas más discusiones”. ¡No parece haber fin a las discusiones y disputas para encontrar modos y medios para la mejora de condiciones!
Continuará…
Traducción por Vadan Juan Camilo Betancur