Hazrat Inayat: Abraham pt I
Hazrat Inayat Khan impartió enseñanzas sobre diversos aspectos de la religión oriental y occidental, incluido este perspicaz pasaje sobre el profeta Abraham.
Abraham fue el padre de tres grandes religiones del mundo. Pues de sus descendientes, que fueron llamados Ben Israel, nacieron el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Abraham fue el primero en traer el conocimiento del misticismo desde Egipto, donde fue iniciado en la orden esotérica más antigua. Y a su regreso el lugar que eligió para establecer como centro mundial fue La Meca, a la que la gente peregrinaba. No sólo en la época del islam, sino mucho antes de Mahoma, el centro sagrado de La Meca era tenido en alta estima por los santos.
En la antigua tradición, la familia de Jesucristo se remonta a la familia de Isaac, y Mahoma procedía de la familia de Ismael. Las profecías de Abraham fueron siempre palabras vivas, aunque diversas personas han dado diferentes interpretaciones según sus propias ideas. Pero para la mente del vidente estas profecías tienen un significado muy profundo.
Con su vasto conocimiento del esoterismo, Abraham fue considerado un gran patriarca entre su pueblo. Se interesaba por los problemas y dificultades de todos. Fue arrojado en medio de las responsabilidades mundanas, para aprender todo lo que pudiera de ellas, y luego enseñar su conocimiento y experiencia a aquellos que buscaban en él el pan del conocimiento. No cabe duda de que algunas de las historias de los tiempos antiguos parecen infantiles a nuestros oídos modernos. Pero lo que marca la diferencia es la forma en que se contaban y a qué tipo de personas. En primer lugar, había una gran escasez de personas instruidas en aquellos días; por lo tanto, las historias eran contadas por los iletrados, que sin duda debieron improvisar sobre cada leyenda y la representaron de acuerdo con la comprensión de su época particular. Sin embargo, la verdad está ahí, si tan sólo sabemos levantar el velo.
La vida de Abraham hace de él no sólo un profeta, sino también un murshid. Era un místico; aconsejaba a quienes acudían a él en dificultades. Los examinaba, trataba sus mentes y curaba sus almas según sus necesidades. Lo más destacable de Abraham es que, además de profeta y místico, vivía como un ser humano corriente, en armonía con sus semejantes en sus momentos de placer o tristeza.
Continuará…
Traductor Inam Anda