Hazrat Inayat : The Coming World Religion pt III (Spanish version)

Hazrat Inayat: La Religión Mundial Venidera pt III 

Esta publicación concluye la serie de conferencias de Hazrat Inayat Khan sobre el viaje hacia la unidad de los ideales religiosos. La publicación anterior está aquí. 

El cuarto aspecto de la religión es la idea de Dios. Siempre habrá peleas y discusiones sobre esto, como suele decir la gente, “El Dios de nuestra familia es uno, y el Dios de tu familia es otro”. En la antigüedad había disputas entre la gente que decía que el Dios de Ben Israel era un Dios especial; y así cada comunidad y cada Iglesia hace de su Dios un Dios especial. Si hay un Dios especial, no es solo el Dios especial de una comunidad, sino el Dios de cada individuo. Pues el hombre tiene que fabricar su propio Dios antes de reconocer al verdadero Dios, pero ese Dios que fabrica dentro de sí mismo se convierte al final en la puerta a través de la cual entra al santuario de su ser más íntimo, el verdadero Dios que está en el corazón del hombre. Y luego comenzamos a darnos cuenta de que Dios no es el Dios de cierta comunidad de personas, sino que Dios es el Dios de todo el Ser.  

A continuación, llegamos al aspecto de la religión que no es la ley o la ceremonia o el ideal divino de Dios, sino que está aparte de todos estos cuatro. Es algo vivo en el alma, en la mente y en el corazón del hombre; su ausencia mantiene al hombre como muerto y su presencia le da vida. Si hay alguna religión, es esta. ¿Y qué es? Los hindúes la han llamado Dharma, que en el uso ordinario de la palabra significa deber. Pero es algo mucho mayor que lo que entendemos como deber en nuestra vida cotidiana. Es la vida en sí misma. Cuando una persona es sensata y considerada, cuando siente sus obligaciones hacia sus semejantes, hacia sus amigos, hacia su padre y madre o en cualquier relación que establezca con otros, es algo viviente, es como agua que da el sentido de vida al alma. Es esta alma viviente la que realmente hace viva a una persona. Y la persona que no es consciente de esto, de esta ternura, de esta sacralidad de la vida, puede estar viva, pero su alma está en la tumba. No se necesita preguntarle a un hombre que es consciente de esto, cuál es su religión o su creencia, porque la está viviendo; la vida misma es su religión, y esta es la verdadera religión. El hombre consciente del honor, el hombre que tiene sentido de la vergüenza, un sentimiento de sinceridad, cuya compasión y devoción están vivas, ese hombre está vivo, es religioso. 

Esta es la religión que ha sido la religión del pasado y será la religión del futuro. Toda religión enseñada por Cristo o cualquiera de los otros grandes tenía el propósito de despertar en el hombre ese sentido que se despierta cuando la religión es viviente. No importa entonces dentro de cual edificio vamos a orar, pues todo instante de nuestra vida se convierte en religión – no una religión en la que uno cree sino una religión que uno vive.  

¿Cuál es el mensaje del sufismo? El sufismo es el mensaje de desenterrar esa vida semejante al agua que ha sido enterrada por las impresiones de esta vida material. Hay una frase británica: “un alma perdida”. Pero el alma no está perdida; el alma solo está enterrada. Cuando se desentierra entonces la vida divina irrumpe como una fuente de agua. Y la pregunta es. ¿Qué es desenterrar? ¿Qué desenterramos en nosotros mismos? ¿No es cierto, no está dicho en las escrituras que Dios es amor? ¿Entonces dónde se encuentra Dios? ¿Se encontrará Él en el séptimo cielo o en el corazón del hombre? Él se encuentra en el corazón del hombre que es su santuario. Pero si ese corazón está enterrado, y ha perdido esa luz, esa vida, ese calor, ¿en qué se convierte este corazón? se convierte en una tumba. En una canción popular inglesa* hay una bella línea que dice, “La luz de toda una vida muere cuando el amor se acaba”. Esa cosa viva en el corazón es el amor. Puede manifestarse como bondad, amistad, compasión, tolerancia, perdón, pero de cualquier forma que esta agua viviente se eleve desde el corazón, demuestra que el corazón es un manantial divino. Y cuando ya esta fuente se abre y asciende, entonces todo lo que un hombre hace en acción, en palabra o en sentimiento, todo es religión. Ese hombre se vuelve verdaderamente religioso. 

Si ha de venir alguna nueva religión, será esta religión, la religión del corazón. Luego de todo el sufrimiento que ha traído a la humanidad la reciente guerra, el hombre está empezando a abrir los ojos. Y a medida que el tiempo pase abrirá los ojos y sabrá y entenderá que la verdadera religión consiste en abrir el corazón, en ampliar la perspectiva y en vivir esa religión que es la única religión. 

“La Noche tiene Mil Ojos; por el poeta británico Francis William Bourdillon (1852-1921) 
La noche tiene mil ojos, 
Y el día solo uno; 
Sin embargo, la luz del brillante mundo muere 
Con el sol moribundo. 
La mente tiene mil ojos, 
Y el corazón solo uno; 
Sin embargo, la luz de toda una vida muere, 
Cuando el amor se acaba. 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

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