Más sobre el Buda – No desfallezcas.
Recientemente publicamos el breve texto de Hazrat Inayat Khan sobre el Buda, que reflexiona sobre su enseñanza desde un punto de vista sufí, una conferencia que probablemente fue dada en relación con un servicio de Culto Universal. Fue seguido por un mensaje de las últimas palabras del Buda a sus discípulos. Para cualquiera que quiera profundizar en el significado del Culto Universal, fundado en el principio de la unidad de los ideales religiosos, es útil aprender algo acerca de cada una de las tradiciones mencionadas en el servicio.
Para entender la enseñanza del Buda Gautama, debemos conocer un poco del contexto en el que enseñó. En ese tiempo, la religión establecida se había hecho muy ritualizada; había una clase sacerdotal que realizaba oraciones y ceremonias, sin duda muchas veces de una manera muy mecánica, y aquellos que no nacieron de esta casta no tenían participación directa en asuntos espirituales. Al mismo tiempo había una franja de buscadores insatisfechos que intentaron encontrar la espiritualidad con ascetismo extremo. Cuando joven, Gautama vivió una vida privilegiada, pero cuando se dio cuenta de las realidades del sufrimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, abandonó su hogar y comenzó a buscar la realidad que sentía que debía estar detrás de la ilusión. Primero siguió el camino del ascetismo, y sólo se alejó de él cuando reconoció que estaba en peligro de morir sin haber alcanzado su meta. Después de tomar un poco de comida y recobrar un poco de fuerza, entró en una prolongada meditación a través de la cual llegó a comprender la causa del sufrimiento y vio el método de liberarse de la rueda que constantemente gira del nacimiento y la muerte.
El Buda entonces comenzó a enseñar lo que él llamó “el camino del medio”, que no significa ni rituales ni ascetismo, sino una disciplina práctica para dominar la mente y darse cuenta de la propia verdadera naturaleza. Lo que Hazrat Inayat particularmente apreció en el mensaje del Buda fue la universalidad; la luz de la iluminación está presente en todos. Mientras se preparaba para abandonar este mundo, el Buda dijo a sus discípulos: “Sed una luz para vosotros mismos. No confiéis en nadie más”. Como decimos en la oración Salat, “Tu luz está en todas las formas, Tu amor en todos los seres”. Todos somos hijos del Uno.
Cada uno de nosotros, entonces, tiene una preciosa oportunidad con respecto a nuestra propia condición interior. No es debido a alguna etiqueta que hemos adquirido en la vida, ya sea de una profesión o una familia o una fe, que vamos a encontrar finalmente la paz; Es sólo despertando a la luz de nuestra verdadera naturaleza. Es un viaje lleno de dificultades, pero dura toda una vida, así que nunca debemos rendirnos. A este respecto, y hablando del avatar Rama, cuya vida fue una larga batalla, Hazrat Inayat Khan dijo: La vida del hombre, por grande y espiritual que sea, tiene sus limitaciones. Ante las condiciones de vida, el hombre más grande de la tierra, el alma más poderosa, por un momento parecerá indefenso. Pero no es el principio lo que cuenta, sino el final. Es la última nota que toca una gran alma la que demuestra que el alma es real y verdadera.
Traducido por Arifa Margarita Jáuregui