Rifai: La protección de la lengua

Ahmed ar-Rifai (1118-1182 EC) fue un sufí que vivió en la región de Basora en Iraq. De su vida y trabajo surgió la orden sufí Rifai, bien conocida en Turquía. Ahmed ar-Rifai tenía una reputación de ser humilde, sencillo, bondadoso y compasivo. Usaba ropa humilde y remendada, y solía visitar a los enfermos, inclusive a los leprosos, lavaba sus ropas, les llevaba comida y se sentaba a comer con ellos. También se lo conoció como sanador. No escribió mucho, pero lo que sigue fue tomado de su “Guidance to Mysticism” (Guía hacia el Misticismo).

En esta época, quien merece la envidia es aquel que sabe el momento adecuado para hablar, que hace un esfuerzo para evitar la charla inútil. La norma que sigue un arif [un conocedor de la verdad espiritual] contra su nafs [yo egoísta] es muy grande.   La persona que es un arif afina las palabras que va a decir antes de que salgan de su boca. Si son útiles, las dirá. Si no, permanecerá callado, porque como suele decirse, “La lengua es un león, si la contienes, estarás a salvo. En caso contrario, te destruirá”.

Las palabras del arif pulen tu corazón; sus silencios evitan adversidades. El arif siempre dirige a su pueblo con rectitud. En el generoso Corán Alá dice, “La mayoría de palabras que se dicen son inútiles a menos que sean para mejorar, dar y ser justo”.

En cada situación y en cada acto, debes esforzarte por la bondad. Se bueno con Alá y con las personas, e incluso se bueno con tu propio nafs. Debes usar un buen lenguaje, ya sea en grupo o solo, en la muerte, en la resurrección o en el Día del Juicio – en resumen, en todo momento.

En el libro de tus actos quedará escrito todo, grande o pequeño. Sepas muy bien que todo aquello que está escondido en corazones y las cosas vistas con una mirada robada – todo lo secreto es evidente para Alá.

Adaptado de “Grand Masters of Sufism”
Traducido al inglés por Es-Seyyid Es-Shaykh Taner Ansari
Traducido de la versión en inglés por Inam Rodrigo Anda