Cuentos: ¡Una Ganga!
Sucedió hace mucho tiempo que el mulá Nasrudín empezó a dudar de su burro. Pese a que la criatura le había servido pacientemente por muchos años, el Mulá había comenzado a notar una creciente renuencia de parte del burro para hacer cualquier cosa aparte de comer y dormir. Gritos, e incluso palabrotas y golpes no hacían efecto, Finalmente, al agotarse su paciencia, Nasrudín decidió que era el momento de vender el burro y buscar otro.
En consecuencia, llevó al animal donde un subastador en el pueblo y le dijo, “No vale ni siquiera dos monedas de cobre, pero véndalo por lo que le den, Le daré la cuarta parte del precio.”
El subastador amarro al burro, y empezó a invitar a los transeúntes a realizar una oferta. “Un hermoso animal”, gritaba. “aún tiene las cuatro pezuñas y suele trabajar duro, ¿Quién empezará la puja?”
Después de un momento de silencio, y luego una voz entre la multitud gritó, “¡cinco monedas de plata!”
Nasrudín observaba atónito.
“Me ofrecen cinco”, grito el subastador. “Cinco por este noble animal. ¿Quién me da diez?”
Una mano se levantó entre la multitud. “Diez” confirmó la voz.
“Diez, denme veinte,” dijo el subastador. “¿Quién me da veinte?”
“¡Veinte!” dijo otra voz.
Nasrudín quedó estupefacto.
“Veinticinco”, grito alguien, y otra voz dijo “¡Treinta!” En pocos minutos el precio se había trepado hasta cuarenta monedas de plata.
Sin poderse contener, Nasrudín gritó, “¡Cincuenta! ¡Cincuenta monedas de plata!”
“¡Vendido!” bramó el subastador.
Y regresando de nuevo a casa con su burro, Nasrudín se congratulaba a sí mismo. No solo había comprado un animal muy valioso, sino que, después de pagarle al subastador su comisión, tenía una importante suma de dinero en su bolsillo.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel