Cuentos: Una vida desperdiciada
Sucedió una vez que un académico contrató a un barquero para llevarlo a través de un río ancho y poderoso. Al salir de la orilla, el académico notó la manera de hablar del barquero, que le pareció muy inculta, y le preguntó si alguna vez había aprendido a leer.
“No, señor”, dijo el barquero. “Ni siquiera he aprendido el alfabeto”.
“¡¿Qué?!” dijo el académico, asombrado. “Es una gran pérdida. La verdad Divina se da a la humanidad a través de la palabra. Y cada niño tiene una curiosidad natural, estamos destinados a aprender”. El académico levantó un dedo piadoso y lo movió hacia el barquero. “¡Al no aprender a leer, has desperdiciado la mitad de tu vida!”
En ese momento el bote entró en una parte del río donde la corriente era muy fuerte, y como el viento también los sacudía, el barquero perdió el control del bote. En un segundo estaba corriendo río abajo, con agua blanca agitándose a ambos lados.
Como el barco se balanceaba y rodaba, y la espuma comenzaba a correr por los lados, el barquero le gritó al académico, “Señor, ¿sabe usted nadar?”
“No, nunca aprendí”, dijo el académico asustado.
“¡Entonces parece que has desperdiciado toda tu vida!”.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.