Cuentos : Detención de un Buda de piedra 

Sucedió una vez que un mercader llevaba un pesado fardo de rollos de algodón a la espalda, caminando de una aldea a otra. Agotado por el esfuerzo, se detuvo a descansar a la sombra de un gran Buda erguido, y allí se quedó dormido. 

Cuando se despertó, le habían robado los rollos de algodón. El comerciante fue a la policía y denunció el hecho, y se designó a un juez para investigar. 

Cuando el juez escuchó lo que el comerciante tenía que decir, declaró: “El Buda de piedra debe haber robado los rollos de algodón. Se supone que debe velar por el bienestar de la gente, pero no ha cumplido con su sagrado deber. Arréstenle”. 

Como corresponde, la policía fue y arrestó al Buda de piedra y lo llevó al tribunal. Toda la gente del pueblo los siguió, charlando entre sí, pues sentían curiosidad por ver qué ocurría y qué clase de sentencia impondría el juez al Buda. 

Cuando la gente entró en tropel, el juez los miró con severidad. «¿Con qué derecho vienen ustedes a este tribunal riendo y bromeando? Están cometiendo desacato al tribunal y debo imponerles una multa y la cárcel». 

Todos se apresuraron a disculparse, pero el juez dijo: «Tendré que imponerles una multa en cualquier caso, pero condonaré la multa a quien traiga un rollo de algodón al tribunal en el plazo de tres días. El que no lo haga será arrestado». 

En poco tiempo, todos los aldeanos habían llevado un rollo de algodón al tribunal, y cuando el mercader reconoció uno de sus rollos, el ladrón fue capturado y los bienes del mercader fueron restituidos.