Cuentos: Buddha y las leyes de la naturaleza
Sucedió una vez que un hombre murió y su hijo estaba muy preocupado por cumplir cualquier deber religioso que fuera necesario para que su padre fuera al cielo. Fue de un templo a otro, pero no estaba seguro del resultado. Entonces supo que el monje Gautama -el mismísimo Buddha- estaba sentado meditando en las inmediaciones de la aldea, así que fue para implorarle su ayuda.
Cuando el hombre encontró a Gautama, que estaba sentado bajo un árbol cercano a un estanque, tomó sus pies suplicante y le rogó que le asegurara garantizar que su padre de inmediato entrara en el cielo. “Tú, el honrado por el mundo”, dijo el hombre, “tú tienes ese poder, ¡lo sé! No rechaces mi petición”.
Gautama miró al hombre por un momento y entonces dijo: “para cumplir con esto, necesitas primero ir a casa, llenar una vasija con rocas y mantequilla, mitad y mitad, luego vuelve acá”.
El hombre hizo lo que Gautama le dijo. Como esto era por el bien de su padre, escogió la vasija más grande que tenía. Como estaba una mitad lleno de rocas y la otra de mantequilla, era muy pesada. Luego, llegó con la vasija donde Gautama, y el Buddha dijo: “ahora, camina alrededor de este estanque siete veces”.
Con decisión, el hombre caminó con devoción alrededor del estanque, cargando el pesado recipiente. Después de siete circuitos, se detuvo frente a Gautama, que le dijo: “ahora, sumerge la vasija en el agua. Déjala asentarse en el fondo del estanque”.
El hombre lo hizo.
“Ahora”, dijo el monje, “toma un palo grande y quiebra la vasija. Pero tienes que romperlo de un solo golpe. Y si las rocas flotan y la mantequilla se hunde en el fondo, el ascenso de tu padre al cielo está asegurado”.
Exhausto, pero ansioso por cumplir su deber, el hombre halló el palo más grande que pudo y con toda la fuerza que le quedaba introdujo el palo a través del agua para quebrar la vasija. Para su consternación, sin embargo, las piedras no flotaron y la mantequilla sí. Las piedras se hundieron en el fondo del estanque.
Al salir del agua, el hombre fue hacia Buddha y dijo: “Tú, el respetado por el mundo, dijiste que las piedras flotarían, ¿pero, cómo puede ser esto? Es ley de la naturaleza que la mantequilla flota y las piedras se hunden. ¿Me has engañado?”.
Gautama sonrió. “Si tú conoces sobre las leyes de la naturaleza, ¿entonces dónde está el problema? Si tu padre es como la mantequilla, él ascenderá flotando. Si él es como piedra, él se hundirá. ¿Qué podemos tú o yo, o cualquiera, hacer para cambiar las leyes de la naturaleza?”.
Traducción de
Vadan Juan Camilo Betancur Gómez