Cuentos: Comunicación
Ocurrió una vez que Mullah Nasruddin necesitaba ir a otra aldea por algún negocio. Como era un largo camino, el mullah le preguntó a un vecino si podía pedir prestado su burro para el viaje.
“Con gusto”, dijo el vecino, “pero le advierto que este burro es difícil. Apenas me obedece, a mi que soy su dueño, y no sé cómo será con un extraño”.
El mullah hizo un gesto desdeñoso. “Por la gracia de Dios, entiendo a los animales”, dijo sabiamente. “Es solo una cuestión de comunicación. Cuando el espíritu habla al espíritu, el resultado solo puede ser una perfecta armonía ”. Y con eso, se subió al burro y se puso en marcha.
El burro, sin embargo, era terco y alegre. En lugar de seguir el impulso del Mullah, dio la vuelta y se dirigió en la dirección opuesta. Pronto, fue galopando a lo largo del camino, con Nasruddin, barba y túnica ondeando en el viento, aferrándose por su vida.
Alguien, al ver al Mullah pasar y pensando que había alguna emergencia, gritó: “Mullah, ¿a dónde vas?”
“No tengo idea”, llamó el mullah. “¡El burro no me lo ha dicho!”
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui Pinilla