Cuentos: ¿Tiene la vida un propósito?
Sucedió una vez que un anciano caminaba de una parte del país a otra, y mientras lo hacía, se encontró en compañía de un hombre más joven. Después de caminar juntos el joven le dijo: “Tío, me parece que usted es sabio. Tal vez sea un sabio o un filósofo, o lo que eso pueda ser. En cualquier caso, me gustaría hacerle una pregunta. ¿Tiene nuestra vida un propósito? Hay momentos en los que me siento esperanzado, y luego, en otras ocasiones, la vida parece no tener sentido. ¿Cuál es el propósito de nuestra vida?”.
El anciano no respondió inmediatamente. Luego, cuando pasaban por un pequeño estanque, se detuvo y arrancó una caña seca de la orilla. El movimiento perturbó a un pequeño pájaro que se había escondido en el cañaveral. Se alejó volando, cantando en voz alta, y el anciano lo observó alejarse.
Continuaron caminando, y luego se encontraron con un hombre que conducía un carruaje tirado por burros. El anciano se detuvo y, saludando al conductor, le dijo: “Amigo, tengo esta caña seca. Si es de alguna utilidad para ti, te la daré”.
El conductor se rió. “Tío, ¿una simple caña? Voy a llenar mi carro con cañas secas, y por eso obtendré dos monedas de cobre en el mercado. ¡Una caña para mi no es nada!” Y aún riéndose de la broma del anciano, siguió adelante.
Los dos hombres siguieron caminando hasta que se acercaron a las puertas de un pueblo, y allí, bajo un árbol, estaba sentado un hombre vistiendo poco más que harapos. El anciano también lo saludó, e hizo la misma oferta. “Amigo, tengo esta caña seca. Si es de alguna utilidad para ti, te la daré”.
La cara del hombre se iluminó. “Gracias, Tío”, dijo, y sacando un pequeño cuchillo, rápidamente transformó la caña en una flauta, y comenzó a tocar. Su música tenía ternura y encanto, y pronto la gente comenzó a detenerse y a escucharlo. Después de un tiempo alguien se adelantó y colocó una moneda de plata a los pies del hombre pobre.
“Ahora”, le dijo el anciano al joven, alejándolo de la música: “tienes tu respuesta. La misma caña tenía diferentes propósitos. Para el pájaro, era un refugio, tal vez. Para el conductor, era muy pequeña para tener algún propósito. Para el hombre pobre, se convirtió en la voz de su corazón y ésta conquistó los corazones de los demás. ¿No es claro que el propósito no está en la cosa, sino en quien la posee? Por lo tanto, si la vida tiene un propósito, sólo lo encontrarás en ti mismo”.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.
Gracias Nawab, precioso!