Cuentos: Explorando las esferas superiores
Érase una vez un hombre que se acercó a un piloto de globos y le dijo: “He estudiado toda mi vida, adquiriendo conocimientos, pero me doy cuenta de que he descuidado el mundo que está por encima de nosotros. ¿Puede llevarme hacia las esferas superiores?”.
“Por supuesto”, respondió el globero. “Por eso estoy aquí. Mi globo puede llevarte a alturas insospechadas y darte una visión completamente nueva de la vida”.
“Eso es lo que anhelo”, dijo el hombre. “¿Cuándo podemos empezar?”
“Venga mañana por la mañana”, dijo el globero. “La tranquilidad lo prepara a uno para la libertad, y el amanecer es muy inspirador. Verás el mundo de otra manera”.
A la mañana siguiente, el hombre llegó cuando el sol asomaba por el horizonte, trayendo consigo un carro cargado de objetos extraños.
“¿Qué es todo esto?”, preguntó el globero.
“Cosas que necesito para mi viaje”, respondió el hombre. “Una silla cómoda, ropa de abrigo y una modesta cantidad de comida y agua, tres botellas de vino. Un telescopio, por razones obvias. Y libros de consulta: un atlas de la Tierra, un atlas de las estrellas, un estudio sobre la psicología de las aves, un libro sobre la filosofía de las nubes y una enciclopedia ilustrada de los ángeles en doce volúmenes”.
El globero intentó disuadir al hombre de amontonar todo esto en la cesta del globo, pero el hombre insistió. “Está claro que usted no tiene el corazón y el espíritu de un explorador”, dijo el hombre. “Pienso ir preparado para todas las eventualidades”.
Cuando el hombre se sentó en la cesta con todas sus pertenencias, el globero soltó la cuerda, pero el globo, muy cargado, sólo se elevó unos centímetros. Al cabo de un rato, volvió a hundirse en la tierra y allí se quedó.
Más tarde, si en una conversación surgía el tema de las esferas superiores, el hombre afirmaba: “Todo eso no son más que cuentos de hadas. Yo he estado allí y no es en absoluto como lo describen. No pierdas el tiempo con esas cosas”.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.