Cuentos: Cómo volverse sabio
Sucedió una vez que alguien le formuló a Mulá Nasrudín una pregunta.
“Mulá, ¿cómo puede uno volverse sabio?”
Ante la pregunta, el Mulá enderezó su turbante, acarició su barba con seriedad y trató de parecer lo más sabio posible mientras buscaba una respuesta frenéticamente en su cerebro.
Después de un corto silencio, la persona preguntó, “¿Es acaso con mucho estudio?”
“¡Estudio!” dijo Nasrudín con desdén. “¿Qué es el estudio? Mi propia casa no contiene un solo libro.” El Mulá estaba seguro de esto ya que había quemado el último en una fría noche, no mucho tiempo atrás, para calentarse.
“¿Talvez con largos ayunos y noches en vigilia?” sugirió la persona.
“Es sabio ser moderado en estos asuntos,” respondió Nasrudín, ganando un poco de tiempo. Levantó un dedo moralizador. “¡La sabiduría y el exceso son dos extraños!”
“Ya veo. Pero entonces, ¿Cómo puede uno volverse sabio?”
Finalmente, Nasrudín tuvo una idea. Muy seriamente dijo, “Tienes que usar estos,” y señaló sus oídos.
“¿Mis orejas?” dijo la otra persona. “¿A qué se refiere, Mulá?”
“Escucha muy cuidadosamente cuando una persona sabia esté hablando. Y cuando una persona te esté escuchando, escucha cuidadosamente lo que estás diciendo.”
Traducido por Darafshan Daniela Anda