Tales: I am nothing (Spanish version)

Cuentos: no soy nada

Ocurrió una vez, en cierta sinagoga humilde, que un rabino anciano cuyo nombre no se había registrado en la historia vislumbró la infinita majestad de Dios. La Mano Divina solo le sirvió un pequeño dedal, pero el vino de esa viña es tan poderoso que el rabino se sintió abrumado. Cayendo de rodillas con asombro, con lágrimas que corrían por sus mejillas arrugadas, solo podía repetir una y otra vez con una voz quebrada: “Señor de los Cielos que giran, Soberano de los Ángeles, no soy nada … no soy nada …”

El rabino no estaba solo en este momento. También estaban presentes el cantor y el hombre que, por un par de monedas a la semana, venía y barría la sinagoga.

El cantor era un hombre bien alimentado y piadoso que respetaba a su rabino, aunque tal vez no era de naturaleza mística. Al ver al rabino en tal estado, se arrodilló junto a él y, después de observarlo por un momento, comenzó a repetir: “No soy nada … no soy nada …”, meciéndose* mientras lo hacía para agregarle autenticidad a sus palabras.

El barrendero, al ver a los dos hombres arrodillados de esta manera, dejó caer su escoba y corrió a arrodillarse también y repitió en voz alta: “¡No soy nada! ¡No soy nada!”

Ante eso, el cantor le dio un codazo al rabino y dijo: “Entonces, ¡mira quién piensa que no es nada!”  

*= En Inglés ‘davening’ que significa moverse o balancearse suavemente durante la oración.

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui

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