Cuentos: Namdev aprende de un anciano
El gran santo de Maharashtra, Namdev, era un devoto del Señor Shiva, y una vez durante sus oraciones y meditaciones, le rogó a su Señor que le diera la bendición de la comunión constante – para estar siempre en la presencia del Señor Shiva.
“Antes de poder concederte esto”, replicó Shiva, “debes visitar cierto templo y reunirte con uno de mis devotos llamado Vithoba. Obsérvalo cuidadosamente, y luego me dices qué has aprendido de él”.
Obedeciendo el deseo de su Señor, Namdev fue al templo indicado, y, pensando que debía buscar a un sadhu sumido en profunda meditación, empezó a preguntar por Vithoba. Al fin fue dirigido a un hombre muy anciano tendido en las escalas del templo, pero para sorpresa de Namdev, Vithoba reposaba sus viejos pies contra la estatua del señor Shiva.
Namdev se aproximó a Vithoba, y educadamente, pero con firmeza le dijo que no era correcto poner los pies de esa manera sobre la deidad.
“Ciertamente tienes razón, hermano”, respondió Vithoba, “pero soy muy viejo y tengo muy poca fuerza para mover mis extremidades. Por favor ayúdame, y pon a apuntar mis pies hacia dónde el Señor Shiva no esté presente”.
Namdev puso las piernas del hombre a apuntar en otra dirección, pero al hacerlo, descubrió que una imagen del Señor Shiva ya estaba allí. Entonces corrió las piernas del hombre a otro lugar, y de nuevo, apareció el señor Shiva. Una y otra vez intentó aquí y allí, pero sin importar hacia dónde ponía a apuntar los pies, el Señor Shiva siempre estaba presente.
Entonces Namdev se arrodilló y colocó los pies de Vithoba sobre su cabeza, diciendo, “Señor Shiva concédeme la bendición, como lo hiciste con Vithoba, de reconocer tu presencia ¡en todas partes!”
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel