Cuentos: La conversación de Nasrudín con los profetas 

La experiencia del mulá Nasrudín es mucho mas amplia de lo que la gente cree. En su juventud, por ejemplo, en alguna ocasión sirvió a un shaikh sufí, pensando que podría aprender algo útil. Pronto descubrió que el shaikh era muy exigente, pidiendo a Nasrudín que pasara los días limpiando la kanka, lavando la ropa, quitando la maleza del jardín, cocinando – en resumen, haciendo todo lo que se requería. Y sobre todo insistía en que Nasrudín no debía dormir durante el día, ni siquiera en la hora de más calor. 

“El día es para la acción” le decía a su joven discípulo. “El sueño es para la noche – ¡pero solo después de haber terminado las oraciones!”  

Pero pese a esta instrucción, pronto Nasrudín descubrió que cada día el shaikh mismo pasaba parte de la tarde estirado en un diván con los ojos cerrados, en una actitud que en cualquier otra persona hubiera parecido un sueño profundo. 

Cuando Nasrudín le preguntaba a su maestro si había dormido durante el día, el jeque decía, “No, no – esto es meditación. Voy al cielo y converso con los profetas”. 

Días después, cuando el sufí se levantó de su meditación habitual, descubrió a Nasrudín tendido en la alfombra, roncando. 

“¡Nasrudín!” gritó el shaikh, dándole una patada a su estudiante, “¿No te dije que no durmieras durante el día?” 

“No estaba durmiendo” dijo Nasrudín incorporándose, “Estaba meditando. Conversando con los profetas” 

“¿Ah sí?” dijo el shaikh con desdén. “¿Y cuál era la naturaleza de vuestra conversación? ¿Qué dijeron los profetas?”  

“Les pedí que compartieran la preciosa sabiduría que le dan a usted cuando se ven todos los días, maestro”, respondió Nasrudín, “pero dijeron que nunca habían oído hablar de usted” 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel