Cuentos: Las flores más frescas
Se cuenta que cuando Guru Nanak, el alma inspirada cuyas enseñanzas fundaron
la religión sij, llegó al final de su vida, en su última enfermedad yacía bajo una
acacia. Sus seguidores, viendo que se acercaba su hora, se reunieron a su alrededor
y empezaron a discutir sobre lo que debía hacerse con sus restos. Algunos querían
incinerar su cuerpo y otros enterrarlo, cada uno según sus costumbres. Fue el
propio Guru Nanak quien resolvió la cuestión.
“Cuando ya no esté, que los hindúes pongan flores bajo el sudario a mi derecha, y
los musulmanes a mi izquierda. Por la mañana, aquellos cuyas flores estén más
frescas podrán hacer lo que deseen con el cuerpo”.
Poco después exhaló su último suspiro, y los devotos hicieron lo que él les había
ordenado: los hindúes pusieron flores a su derecha y los musulmanes a su
izquierda, bajo el sudario.
Por la mañana, cuando quitaron el sudario, descubrieron que ambos grupos de
flores estaban igual de frescas, ¡pero el cuerpo no estaba allí! Y por encima, las
ramas de la acacia habían florecido…
Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui