Cuentos: el propósito oculto
Sucedió una vez que un gurú daba una charla a un grupo de personas en la aldea donde vivía. “Dios está siempre con nosotros”, les dijo, “y con Su compasión cuida de nosotros. Deberíamos reconocer Su generosidad y agradecerle”.
Cuando terminó su charla, un hombre se acercó y le dijo: “Guru-ji, si Dios cuida de nosotros, ¿por qué dejó que esto sucediera?”. Entonces le mostró su mano, a la que le faltaban dos dedos. “Soy un cazador”, dijo el hombre, “y hubo un accidente. Ahora, todo lo que hago en la selva es más difícil, y es verdaderamente complicado tener éxito cuando estoy de cacería. ¿Cómo entonces puedo creer que Dios es generoso y compasivo?”.
“Hijo mío”, respondió el Gurú, “siempre hay un propósito oculto en todo lo que sucede”.
“¿Qué propósito puede haber en que pierda mis dedos?”, respondió el hombre con amargura, y se alejó.
Pocos días después, el hombre fue a cazar de nuevo y, como no contó con suerte al principio, se internó más y más dentro de la jungla hasta que llegó a una región que no conocía en absoluto. Allí, fue capturado por los miembros de una tribu que lo amarraron y dijeron: “lo sacrificaremos a nuestros dioses. Ellos comerán su espíritu y nos recompensarán”.
Pero cuando arrastraron al cazador al lugar de sacrificio, su chamán señaló su mano y dijo: “¡No! Miren, este hombre es imperfecto. Si lo ofrecemos a nuestros dioses, ellos estarán furiosos”. Y entonces el cazador fue liberado.
Cuando volvió a su aldea, el cazador fue donde el gurú y tocó sus pies. “Guru-ji”, dijo, “empiezo a comprender. Es verdad que a veces puede haber un propósito oculto que no vemos”.
Traducción por Vadan Juan Camilo Betancur