Cuentos: la casa tiene dos puertas
Sucedió una vez que el mulá Nasrudín conversaba con algunos amigos, y disfrutaba tanto de su compañía que sin pensar los invitó a ir a su casa para la cena. Él no esperaba realmente que ellos aceptaran, pero, para consternación suya, todos pensaron que sería una excelente idea. Entonces empezaron a caminar hacia la casa de Nasruddín mientras el Mullah exprimía su cabeza intentando hallar una solución, pues sabía que no tenía nada de comer en casa.
Cuando ya tenían a la vista la casa del mulá Nasrudín aún no había encontrado una solución. “Voy a adelantarme y preparar algunas cosas”, dijo a sus amigos. Entonces se aceleró el paso, entró, dio un portazo y puso seguro. “Si viene alguien”, le dijo a su esposa, “di que estoy fuera”. Entonces subió las escaleras y se escondió.
Los amigos avanzaban lentamente, y cuando llegaron ante la puerta del Mullah, se quedaron fuera hablando por un rato. Entonces, pensando que Nasrudín ya estaría listo, tocaron. Al no recibir respuesta, llamaron de nuevo, y luego golpearon con fuerza la puerta.
Finalmente, la esposa de Nasrudín salió a decirles que él no se encontraba.
“¿Qué?”, exclamaron los amigos. “¿Cómo puede ser? ¡Nosotros caminamos hacia acá con él, y lo vimos entrar! Déjenos entrar. ¡Por supuesto que él está acá!”.
De repente, Nasrudín se asomó por la ventana del segundo piso. “Caballeros, no molesten a todo el vecindario. ¿No ven que la casa tiene dos puertas? ¡El mulá pudo haber entrado por esta puerta y luego haber salido por la otra!”.
Traducción por Vadan Juan Camilo Betancur