Cuentos : La Casa de Allah
Es un hecho bien conocido, reconocido por muchos eruditos estudiantes de historia, que la fortuna del Mulá Nasrudín era más variable que el clima. Conoció algunos días de mucho, y muchos días de no tener nada. Una vez, durante un período de inusual pobreza, Nasrudin oyó que llamaban a la puerta y, cuando la abrió, fue recibido por un mendigo vestido con harapos.
“Mulá”, dijo el mendigo, “Alá me ha dirigido a esta casa para conseguir una buena comida”.
“Lo siento”, respondió el Mulá, “pero te has equivocado de casa. Mira”, dijo, saliendo por la puerta y señalando una mezquita cercana, “Allah vive allí”.
Traducido al español
por Arifa Margarita Rosa Jáuregui