Cuentos: La pobreza del mulá
Sucedió una vez, hace tiempo, que el mulá Nasrudín le debía una suma de dinero a un cierto hombre de negocios. ¿Era una gran suma? Depende. Si tú tienes esa suma, dirías que no es mucho. Si no la tienes y se espera que la pagues, dirías que es del tamaño de una montaña. Como el tiempo pasaba y el mulá no devolvía el dinero, el hombre finalmente llevó a Nasrudín a los tribunales. Allí, le dijo al juez que el mulá le debía desde hacía mucho tiempo y que el juez debía ordenarle que le pague inmediatamente.
“¿Es cierto que debe esa cantidad?”, preguntó el juez a Nasrudín.
“Sí, señoría”, respondió el mulá, “debo a ese hombre ese dinero, pero me llevará tiempo devolvérselo. Para reunir esta cantidad de dinero, tendré que vender mi vaca”.
El hombre se levantó de un salto y gritó en señal de protesta: “¡Su señoría, está mintiendo! No tiene vaca”.
“Entonces venderé mi caballo”, dijo Nasrudín.
“¡De nuevo una mentira! ¡Tampoco tiene caballo! Su señoría, resulta que sé que ni siquiera tiene comida en casa para alimentar a sus niños, así que ¿de dónde sacaría una vaca o un caballo?”
“Su Señoría”, dijo Nasrudín al juez, “si soy tan pobre como este hombre dice que soy, ¿por qué piensa que usted puede ordenarme que le pague inmediatamente?”.
Traducido por Inam Anda