Cuentos: el precio de un palacio en el paraíso
Bahlul el Loco era bastante conocido por su comportamiento inusual. Algunos decían que actuaba raro porque era un gran santo y deseaba ocultar eso del mundo. Otros decían que no estaba fingiendo, sino que actuaba extraño porque era extraño.
A veces, Bahlul se sentaba junto al camino de las caravanas, a las afueras de la ciudad y, con la ayuda de un poco de agua, construía palacios de arena. Los mercaderes que viajaban por el camino estaban acostumbrados a verlo, y algunos le ofrecían comprar sus palacios de arena. Lo que recibía, al día siguiente Bahlul lo distribuía entre los pobres.
Un día, no se trató de un mercader quien se detuvo a mirar su palacio, sino del magnífico Califa Harún al Rashid. “Bahlul”, dijo Harún, “¿cuál es el precio de tu palacio?”.
Bahlul solía pedir un dinar a los mercaderes, pero conociendo la riqueza del Califa dijo: “cien dinares”.
“¡¿Qué?!”, dijo Harún. “¿Tanto dinero por un puñado de arena? ¡Definitivamente no!”, y se alejó.
Pero esa noche, el Califa tuvo un sueño en el que un ángel se apareció, y ascendiendo al califa a los cielos, le mostró muchos palacios magníficos y relucientes. “Todos esos”, dijo el ángel, “fueron construidos por Bahlul. Quienes los compraron vivirán aquí cuando abandonen la tierra”.
En la mañana, Harún estaba lleno de remordimiento por no haber comprado el palacio de Bahlul. Buscando por la ciudad, al fin lo encontró sentado con unos perros junto a un montón de basura cerca del mercado. “Bahlul”, dijo Harún, “ese palacio que me ofreciste en venta ayer, quiero comprártelo ahora. Aquí tienes cien dinares”.
Bahlul sacudió su cabeza. “Los ángeles ya se han llevado ese al cielo”.
“¡Entonces construye otro!”.
“Lo haré”, dijo Bahlul. “Pero el precio ha subido. Los ángeles me han dicho que estaba cobrando de menos. Ahora dicen que tengo que pedir un millón de dinares”.
Traducido por Vadan Juan Camilo Betancur