Cuentos: El cochero erudito
Sucedió una vez que el mulá Nasrudín consiguió un trabajo como cochero para un rico hombre de negocios. ¡No te sorprendas! El mulá ha realizado muchos tipos de trabajo durante su larga y agitada vida.
Un día, su empleador le ordenó que lo llevara a una casa en una zona de mala reputación de la ciudad. Cuando llegaron, el empresario le dijo a Nasrudín que estuviera alerta mientras esperaba. “Este barrio está lleno de ladrones”, dijo.
Después de un tiempo, el hombre de negocios pensó que debía revisar a su cochero, así que abrió una ventana y llamó: “Oye, conductor, ¿estás durmiendo? ¿Qué haces ahí abajo?”
“No he dormido nada, excelencia”, replicó Nasrudín. “Me pregunto qué le pasa al regazo de un hombre cuando se pone de pie”.
“Está bien”, dijo su empleador. “Solo mantente alerta”.
Un poco más tarde, el empleador pensó en volver a comprobarlo. Abrió la ventana y llamó a Nasrudín: “Cochero, ¿estás despierto? ¿Qué estás haciendo ahora?”
“Excelencia”, respondió Nasrudín, “me pregunto a dónde va el puño de un hombre cuando afloja los dedos”.
“Muy bien”, dijo el hombre de negocios, y comentó a sus anfitriones: “¡Este cochero mío es un verdadero erudito! Está pensando en problemas muy profundos”.
Un poco más tarde, el patrón volvió a mirar por la ventana y gritó: “¡Cochero! ¿Estás despierto? ¿Qué estás haciendo ahora?”
“Bien despierto, excelencia”, respondió Nasrudín, “y me pregunto quién robó los caballos”.
Traducido por Darafshan Daniela Anda
A veces creemos o pensamos lo que primero se nos viene a la cabeza y asumimos juzgando desde nuestras creencias