Cuentos: La historia de las hormigas metafísicas
Sucedió una vez que cinco hormigas abandonaron el ajetreado nido donde habían nacido y crecido, y se dispusieron a recorrer el mundo en busca de la verdad. “Pase lo que pase”, acordaron entre ellas, “conoceremos la fuente de toda vida”.
En el curso de sus andanzas, llegaron a una casa, un vasto espacio cavernoso, y después de cruzar una amplia llanura, llegaron al pie de una pata de mesa que se extendía sobre ellos como un poderoso árbol. “Subamos, hermanas”, dijo una, “pues seguramente para descubrir la verdad debemos elevarnos a un nivel superior”. Así pues, treparon por la pata de la mesa y, cuando llegaron arriba, vieron ante ellas un enorme campo de un blanco puro: una hoja de papel.
“Hermanas”, dijo reverentemente una hormiga, “¡qué pureza! ¿Habremos llegado al cielo?”.
Las otras hormigas estuvieron de acuerdo en que sólo en el cielo se podía encontrar tanta pureza.
En ese momento, apareció una pluma y empezó a escribir sobre el papel, y las hormigas observaron, fascinadas. “¡Vean la pluma del destino!”, dijo una segunda hormiga, “¡escribiendo el destino de toda la creación!”.
“Cierto, cierto”, se maravillaron las demás. “Qué privilegiadas somos al ser testigos de esto”. Y entonces una tercera hormiga dijo: “Pero hermanas, miren más profundamente el asunto. ¿No ven que hay una mano que controla la pluma?”.
“Así es”, dijeron las otras hormigas. “¡Alabada sea la Mano Todopoderosa!”.
“¡Esperen! Busquen la causa detrás de la causa”, dijo una cuarta hormiga. “Deben observar, como yo, que la mano es movida por un brazo”.
“Hermanas”, dijo la mayor de ellas, “veo el brazo, pero miro más allá todavía. El brazo emerge de una manga. Sin duda, en sus misteriosos pliegues yace el corazón de la Verdad, oculto porque sobrepasa todo entendimiento. Hemos alcanzado nuestra meta”.
Las cinco hormigas miraron hacia arriba, llenas de una mezcla de alegría y asombro.
En ese momento, el escritor se fijó en las hormigas que había sobre la mesa y, con un movimiento de la manga, las mandó volando al espacio. Y cuando por fin regresaron a su hogar y hablaron de su experiencia de la verdad, ni una sola hormiga del nido pudo entender lo que decían.
Traducido por Inam Anda
Oh, Murshid…!que maravilloso!
…encontrar la verdad en el pliegue de una manga y que esa misma manga me mande por los aires de vuelta a mi casa.
¿Acaso, la Verdad está más cerca que el cielo?
Gracias, querida Walia. Pues, la verdad nunca está ausente. Y si el cielo tiene alguna ubicación, sólo puede estar dentro de nosotros.