Cuentos: Usa tu imaginación
Sucedió una vez que el Mulá Nasrudín estaba sentado con algunos amigos en la plaza del pueblo, enganchados en una larga y muy interesante conversación. Tan profundamente absortos estaban que no notaron que las horas pasaban, hasta que de repente se dieron cuenta que era tarde y tenían hambre.
El Mulá, sintiéndose generoso, dijo: “¡Amigos, los invito! Vengan a mi casa a comer”.
Los amigos pensaron que era una muy buena idea, y estuvieron de acuerdo en que Nasrudín se fuera adelante para comenzar los preparativos, mientras ellos iban atrás.
Cuando Nasrudín llegó a casa, le dijo a su esposa: “¡Estrella de mi vida, vienen invitados! Prepara toda clase de comida para ellos.”
Su esposa respondió: “Esposo, no podemos prepararles ninguna clase de comida. ¿Lo has olvidado? No tenemos nada para comer en la casa. Ni siquiera un grano de arroz”.
“Esto es serio”, dijo Nasrudín. “¿Cómo puedo decirle a mis amigos que no tenemos comida? Sería una terrible pérdida de imagen. Me esconderé en el piso de arriba, y cuando vengan, diles que he salido”.
Los amigos, mientras tanto, fueron llegando lentamente detrás de Nasrudín y, al llegar a su puerta, se quedaron allí por un rato, hablando. Finalmente, cuando Nasrudín no abrió para recibirlos, tocaron. La esposa de Nasrudín abrió la puerta, y de acuerdo a las instrucciones de su esposo, les dijo que Nasrudín se había ido.
“¿Se ha ido?” dijeron los amigos, desconcertados.“Pero lo vimos entrar, y no ha vuelto a salir. Debe estar en la casa”.
Nasrudín, oculto en el segundo piso, estaba agachado bajo una ventana abierta, escuchando. “¿No tienen imaginación?” Gritó. “Podría haber salido por la puerta trasera y trepado por encima de la cerca, ¿No?”
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.