Cuentos: Llorar por el Amor a Dios
Érase una vez un derviche que se encontró con un hombre de negocios sentado frente a las ruinas humeantes de un edificio, llorando.
“¿Por qué lloras?”, le preguntó el derviche.
“¿No lo ves?”, respondió el hombre. “Este edificio era mi fortuna. Trabajé toda mi vida, derrota tras derrota, y hace sólo una semana llegó una caravana que por fin me traía una inmensa riqueza. Por fin mis esfuerzos se vieron recompensados. Pero guardé el tesoro en este almacén, que ahora ha sido destruido por el fuego. Toda mi riqueza es ceniza”. Y las lágrimas rodaron por sus mejillas, mojando su barba.
“Tus lágrimas son en vano”, replicó el derviche. “El amor a la riqueza siempre traerá tristeza. Si pudieras llorar esas lágrimas por el amor a Dios, Él te recompensaría con Él mismo, un tesoro que está más allá de toda medida.”
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.