Cuentos: ¿Cuál es la diferencia?

Un día, cierto rey deseaba consultar con sus ministros un plan para invadir un país vecino, y decidió dar un paseo con ellos en el amplio y verde parque que rodeaba su palacio. Era muy agradable estar allí, con hermosas charcas escondidas en medio de altos árboles, y pájaros que trinaban desde cada rama. Mientras caminaban, un tropel de asistentes los seguía para atender cualquier necesidad.

Después de un tiempo, el rey y su grupo se encontraron con un mendigo, recostado contra una gran piedra. El mendigo tan solo vestía harapos, y tenía un cuenco delante de él para recoger todo lo que se le ofrecía, aunque por el momento estaba vacío. El rey miró al mendigo al pasar, y asintió con la cabeza saludando con dignidad. En respuesta, el mendigo dijo con valentía: “Buenos días, Majestad”, y luego preguntó: “¿Su majestad me permitiría una pregunta?”.

El rey sonrió adrede a sus asistentes, pensando que el mendigo iba a pedirle algún favor o regalo. “Sí”, dijo, “ciertamente”.

El mendigo dijo: “¿Cuál es la diferencia entre usted y yo?”

El rey se miró a sí mismo, a las finas túnicas de seda que llevaba puestas, miró a todos sus ministros ricamente vestidos, y luego al pobre y harapiento mendigo sentado frente a él, y no pudo reprimir una sonrisa, “¿La diferencia entre nosotros?” dijo el rey, “La diferencia es que tú eres pobre” – y entonces hizo un gesto a uno de sus asistentes, que abrió un bolso lleno de monedas, “Y yo”, dijo el rey, poniendo una moneda de oro en el cuenco del mendigo, “soy rico”.

El mendigo echó un vistazo a la moneda, y luego, mirando al rey, negó con la cabeza. “Exactamente todo lo contrario”, dijo, “Usted necesita un reino entero para ser rey, con todo el oro, los palacios y las joyas, y si alguien se lo quita, deja de ser rey. E incluso todo su reino no le es suficiente – ya que ahora está pensando que necesita apoderarse de la tierra de su vecino. Mientras que yo,” – y el mendigo dio vuelta al cuenco, dejando caer la moneda de oro del rey en el polvo, “no necesito nada para ser lo que soy. Su necesidad es mayor que la mía; yo soy más rico que usted”.

Traducido por Juan Amin Betancur